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Música

Crítica de la clásica

Carlos Mena dirige una fluida “Pasión según San Juan”

El contratenor se pone al frente de la Orquesta de RTVE para ofrecer un notable concierto

Carlos Mena cada vez se sitúa más ante orquestas y coros.
Carlos Mena cada vez se sitúa más ante orquestas y coros.ArchivoArchivo

Obras: «Pasión según San Juan» de Bach. Director: Carlos Mena. Músicos: Jone Martínez, Steve Davislim, Martin Platz, Carlos Mena, José Antonio López, José Coca. Órgano: Juan de la Rubia. Coro y Orquesta de la RTVE. Madrid, 8-IV-2022.

Carlos Mena (Vitoria, 1971) es sin duda una de las más personalidades más relevantes de la interpretación de la música barroca en nuestro país, tanto en sus iniciales labores como contratenor casi pionero cuanto en su posteriores andanzas en el campo de la musicología, la dirección y la enseñanza del canto, misión esta para la que revela profundo conocimiento de la técnica vocal, paciencia y convicción. Cada vez en mayor medida se sitúa ante orquestas y coros. A los que reconduce, enseña y adecúa estilísticamente. En este campo poco tiene que ver con hermano Juanjo, maestro curtido ya en mil batallas antes las más diversas formaciones sinfónicas del orbe. Se sitúa bien anclado de pies en el podio, abre y mueve sus amplios brazos acompasadamente, emplea una batuta corta que mueve en suaves y no muy variadas volutas, pero firmes y bien orientadas, marcando con claridad persuasivamente.

Bajo su mando elegante transcurrió este concierto en el que se exponía la “Pasión según San Juan”, menos imponente que la de “San Mateo”, pero igualmente enjundiosa y arquitecturada magistralmente en lo que algún estudioso calificó como un perfecto juego de simetrías. El formidable coro de apertura, “Herr, Herr unser Herrscher” (“Señor, Señor, nuestro maestro”), con ese repetido discurrir sobre un constante lecho de obsesivas y agrestes semicorcheas de la cuerda, de expresión casi angustiosa, tardó en encontrar su norte. Hubo ciertas irregularidades en ataques, en empaste y encaje general. Poco a poco la línea fue orientándose y adecuándose al mano. La orquesta, con tres contrabajos de base, el coro, de unos 45 miembros, fueron adaptándose a las indicaciones de la flexible batuta hasta alcanzar momento muy bellos, como los de las turbas, bien acentuados, y llegar con fuelle al Coro (este, extraordinario) y Coral de cierre.

La narración fluyó animada y amenamente con la guía del Evangelista de Steve Davislima, un lírico-ligero de buena pasta, expresivo y atinado en la expresión, con los acostumbrados falsetes en zona aguda y fraseo aceptable, no siempre bien modelado. El bajo José Coca fue un Jesús entonado, oscuro de timbre, justo de expresión, igual de emisión. La soprano ligera Jone Martínez, de excelente encarnadura, brillo efusivo, homogénea, gentil de dicción, delineó con gusto y afinación sus dos arias. El todo terreno José Antonio López, barítono tonante pero fino, siempre buen decidor, hábil en los reguladores, prestó sustancia teatral a sus intervenciones como Pilatos, Pedro y a sus maravillosas arias con el coro.

Por enfermedad de José Antonio Sanabria, escuchamos en las arias de tenor a Martin Platz, un tenor ligero de escaso cuerpo, un tanto anodino de expresión. Las arias de contralto (o mezzo) corrieron a cargo del propio Mena, que, dejada de lado la batuta, cantó cara al público con su esbelta, afinada, bien esmaltada voz, de tan bien trabajado grano. Curiosamente, el timbre se nos antojó menos oscuro que otras veces. Muy bien Juan de la Rubia desde el órgano y estupendo Alejandro Marías manejando la viola de gamba. Y los demás solistas. Al final, notable éxito, con muchos saludos y parabienes, en los que también participó merecidamente el director del Coro, Marco Antonio García de Paz.