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Carmen Linares y María Pagés, Premios Princesa de Asturias de las Artes 2022

El galardón reconoce el flamenco a través de las figuras destacadas de la cantaora y la bailaora
La Razón
  • Sofía Campos

    Sofía Campos

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María Pagés y Carmen Linares, dos artistas del flamenco y lo flamenco. La bailaora y la cantaora, nombres propios del arte jondo actual, han sido distinguidas por el Premio Princesa de Asturias de las Artes, que, con este anuncio, abre la edición correspondiente a 2022. El jurado ha reconocido su dedicación durante décadas y ha justificado su decisión afirmando que “la obra de Carmen Linares y María Pagés es parte de la genealogía del flamenco contemporáneo. Han ensanchado el cante y el baile desde el respeto por la tradición, apostando por ampliar sus cauces expresivos, impulsando así el carácter universal de un extraordinario patrimonio cultural, popular y sensorial”.
Otro de los aspectos que han evaluado es su “voluntad de permanente exploración, su trabajo dota al flamenco de nuevas herramientas a la vez que amplifica el lenguaje de una manifestación cultural que vive un momento de esplendor y búsqueda de nuevos horizontes. Ambas creadoras despliegan en su trayectoria experiencias que reivindican el flamenco como uno de los géneros musicales más sugerentes de nuestro tiempo y un acontecimiento artístico perenne y único”.
María Pagés, sevillana de 1963 y que ya recibió el Premio Nacional de Danza en 2002, es una de las coreógrafas más destacadas y notables de este arte en España. La definía la actual directora del Centro Conde Duque, Natalia Álvarez, como “la de los brazos infinitos”. Una mujer que hace arte por placer, pero también por compromiso con su entorno: “Claro que hay una preocupación social. Debemos hablar de los gobernantes, que son los que nos organizan la vida, aunque los veamos con cierto pesimismo”, confesaba durante su estreno en Madrid, en 2018, de “Una oda al tiempo”.
Además, cuenta con el mérito adicional de no proceder de una familia ligada a este mundo y, a pesar de ese escollo, haberse convertido en uno de los principales nombres del baile. Su padre era matemático y había nacido en un lugar muy distante de esta cultura, las Islas Baleares. Aunque su madre era de Sevilla, tampoco tenía vínculos estrechos. Nada de esto supuso un impedimento para ella que, enseguida, a la edad de cuatro años sintió la vocación del baile. Una llamada clara, afortunada y que, sin duda, a la luz de su trayectoria y de éxitos posteriores, resultó acertada.
Pagés ya encara las próximas citas de su agenda, donde destaca una en las ruinas romanas del Festival de Mérida, en las que la andaluza presentará, junto a su compañía, “De Sheherazade” para recoger “las inquietudes de una mujer que se libra de la muerte contando historias a un hombre mordido por la incertidumbre. Su dominio del relato le permite recuperar su destino. Con la palabra, por consiguiente, consigue salvar a la humanidad de una extinción segura. No hay otro heroísmo en este acto que la defensa de la mujer como un eslabón insustituible de la vida”, presentan de un espectáculo “poderosamente flamenco”.
Carmen Linares (Linares, Jaén, 1951) es una de las figuras que acumula mayores reconocimientos, con una extensa evolución y que para muchos es una de las mejores cantaoras debido a su repertorio y la amplitud de su espectro. Ha sido uno de los nombres tutoriales para un montón de artistas españoles, algunos de la talla de Estrella Morente, Miguel Poveda o Pitingo, entre otros muchos. Carmen Linares se formó en los tablaos madrileños, como el Café de Chinitas, donde tuvo la oportunidad de conocer y actuar al lado de los más grandes, como Camarón, Enrique Morente o los Hermanos Habichuela.
Como confesaba Linares en una entrevista en LA RAZÓN, el principal objetivo durante su carrera siempre ha sido “dignificar el flamenco”: “Soy una profesional. Lo doy todo y vivo para mi arte. Mi único objetivo con todos estos años de carrera y de aprendizaje es haberme intentado convertir en una artista honesta. Ésta es una música con calidad y quiero que esté lo más alto posible. Y para empezar tengo que dignificarlo y ser honesta con lo que hago. Coherente con lo que digo y lo que hago. Quiero que se respete mi profesión y el arte flamenco, eso es para mí lo más importante”, confesaba la artista.
El jurado del Premio Princesa de Asturias de las Artes 2022 estaba integrado por Claude Bussac, José María Cano de Andrés, Dionisio González Romero, Antonio Lucas Herrero, Joan Matabosch Grifoll, Carlos Mena Ostériz, Helena Pimenta Hernández, José María Pou Serra, Sandra Rotondo Urcola, Benedetta Tagliabue, Carlos Urroz Arancibia y Tadanori Yamaguchi, presidido por Ricardo Martí Fluxá y ha actuado de secretaria Catalina Luca de Tena y García-Conde.