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Marion Cotillard: Juana de Arco vuelve a arder

La estrella francesa, ganadora del Oscar por hacer de Édith Piaf, interpretará a Juana de Arco sobre el escenario del Teatro Real entre el 7 y el 17 de junio
Alejandro Martínez VélezEuropa Press
La Razón

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Cuenta Álex Ollé de la Fura dels Baus, que cuando habló con Marion Cotillard para proponerle hacer de Juana de Arco, le llamó la atención su humildad y timidez, a la vez que su cercanía, incluso, su aspecto frágil, pero cuando está atada en el poste de la hoguera contado su vida a fray Dominique a modo de “flashback”, con sus pantalones vaqueros y su camiseta blanca de mujer joven de ahora, Cotillard se convierte en una fiera interpretativa imbuida del ese espíritu de libertad y denuncia del horror que lleva intrínseco el personaje creado por Paul Claudel y Arthur Honegger en su oratorio. Un papel hablado que a menudo se ha asignado a grandes actrices, como la creación francesa de 1943 con Mary Marquet o la de 1953 de la Ópera de París con Ingrid Bergman y puesta en escena de Roberto Rossellini.
Aunque no pudo hacerlo en Frankfurt en 2015 por estar embarazada, el personaje le es familiar. Su madre, la actriz Niseema Theillaud, ya lo había interpretado dirigida por su padre Jean-Claude Cotillard. Era 1992 y Marion estudiaba entonces en el Conservatorio de Orleans, la ciudad donde Juana de Arco había derrotado a los ingleses en 1429. Una década más tarde, el papel le fue propuesto nuevamente a su madre, que lo rechazó por la edad, y ella misma sugirió que se lo ofrecieran a su hija, que lo recibió “como un regalo maravilloso”, declaró entonces y asumió en 2005. Después vendrían Orleans 2012 y en Barcelona y otras ciudades en 2015 en versión concierto.
La ganadora de un Oscar por su interpretación de la legendaria Edith Piaf, musa de Dior y declarada ecologista de Greenpeace, que en alguna ocasión manifestó “haber necesitado siempre personajes muy ricos y de sensibilidad exacerbada”, quedó impacta cuando vio a su madre representando a esta chica joven de 19 años que va a la hoguera. “Me pareció algo extraordinario, un papel de esos que aparecen una vez en la vida” y cuando tuvo oportunidad, no lo dudó. Cotillard está más familiarizada con los platós cinematográficos que con los escenarios teatrales, pero como actriz “todoterreno”, dice afrontar el papel con entereza, aunque su trabajo necesita notables esfuerzos para modelar su texto con los tiempos orquestales.
La expectación despertada por su por su presencia en el coliseo madrileño es enorme, como demuestra el ritmo de venta de entradas y una Sala Gayarre del teatro atestada de medios de comunicación. “En su día hice mis propias investigaciones para profundizar en el personaje, pero siempre hay un trabajo interior y uno técnico de conjunción con la orquesta. A pesar de haberlo representado varias veces, cada vez el papel es diferente –ha manifestado-, porque la prosodia también lo es y el ritmo musical con tantos instrumentos es complicado y difícil de controlar y, aunque la música no deja de ser matemática, cada director consigue darle una intención y un ritmo distinto. Al ser esta vez una puesta en escena totalmente nueva para mí, la interpretación también lo es -ha asegurado-. Cada vez descubro algo muy visceral, hay un redescubrimiento del papel, del ritmo, de la emoción, de la historia, cada vez aprendo algo nuevo de la fuerza Juan de Arco. Compartir esta experiencia en Madrid es una oportunidad maravillosa, que va a ser una experiencia inolvidable”.