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Historia

Fallece la historiadora María Rosa de Madariaga

Era sobrina del escritor Salvador de Madariaga y estaba especializada en la historia y las relaciones de España y Marruecos

La historiadora durante una intervención en un programa de televisión
La historiadora durante una intervención en un programa de televisiónYoutubeYoutube

Ha muerto la historiadora María Rosa de Madariaga Álvarez-Prida. Era sobrina del escritor Salvador de Madariaga y una historiadora notable especializada en las relaciones que mantuvieron Marruecos y España durante el protectorado. Estudió en la Universidad Complutense y fue alumna de Rafael Lapesa. De ahí saltó a Europa y estuvo estudiando y enseñando español en los Países Bajos y en Londres, donde se hizo una enorme reputación.

Al Volver a España logró su doctorado y fundó la editorial Ciencia Nueva, un proyecto literario en el que estuvo involucrada hasta 1966. Su carrera estuvo marcada por su paso por París, en especial por la Sorbona, lugar donde conoció y aprendió de uno de los grandes historiadores de ese momento, Pierre Vilar, un hispanista que alentó su vocación por la investigación. Fue en Francia donde desarrolló parte de su vida profesional y donde amplió su área de influencia al conseguir el diploma de árabe en el Instituto de Lenguas y Civilizaciones Orientales ubicado en la Universidad de París III y un Diploma superior de lengua y civilización árabes del mismo Instituto.

En su trayectoria profesional sobresalen las siguientes publicaciones: “España y el Rif. Crónica de una historia casi olvidada” (1999), “Los moros que trajo Franco. La intervención de tropas coloniales en la guerra” (2002),”En el barranco del lobo: Las guerras de Marruecos” (2005), “Abd el-Krim El Jatabi. La lucha por la independencia” (2009) y “Marruecos, ese gran desconocido. Breve historia del Protectorado español” (2013).

Una faceta menos conocida de ellas es que durante un largo periodo de tiempo, exactamente entre 1976 a 1983, ejerció de traductora para distintas entidades de las Naciones Unidas, de una manera especial, para la UNESCO en su sede de París. Su relación con este organismo y su vinculación con la labor que desempeñaba hizo que al final fuera reconocida como una de las funcionarias de departamento de Traducción.