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Fallece el actor David Warner, el malvado de “Titanic”

El intérprete ya se había hecho famoso por sus papeles en películas tan importantes como “La cruz de hierro”, “Perros de paja” o la famosa “La profecía”
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  • Sofía Campos

    Sofía Campos

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Participó en películas emblemáticas, como la mítica “La cruz de Hierro”, del polémico director americano Sam Peckinpah. Un filme violento, sin piedad, contado desde la perspectiva de los soldados alemanes y ubicado en el frente del Este durante la Segunda Guerra Mundial que, en su momento, resultó tan impactante como “Salvar al soldado Ryan”, de Steven Spielberg. El actor británico David Warner ha fallecido a los 80 años como consecuencia de un cáncer después de una larga, fructífera y destacada carrera de interpretación que desarrolló en el cine, el teatro y la televisión. Murió en la madrugada del pasado domingo en Denvinlle Hall, una conocida residencia de retiro para artistas en Londres. “Durante los últimos 18 meses se enfrentó a su diagnóstico con su característica elegancia y dignidad”, explicaron sus allegados en la nota.
David Warner era un hombre solvente, maduro, que enseguida dio muestras de su innata solidez para encarnar distintos personajes. Poseía un físico que le permitía meterse sin problemas dentro de un protagonista moldeado con las peores aristas como meterse en la piel de una persona de alma honesta y preocupada. En la gran pantalla siempre fue un secundario de lujo, algo que no parece en apariencia tan importante, pero que resulta imprescindible para dar solvencia a una película.

Entre los más grandes

Su rostro se hizo muy popular gracias a películas como “La Profecía” (1976), donde estuvo al lado del gran Gregory Peck y de una actriz tan relevante como Lee Remick. Este filme, que tenía al mismo diablo como protagonista principal, supuso un taquillazo y puede vincularse con otras cintas de semejante temática que triunfaron en la misma década, como “El exorcista” (1973), basada en un “best seller” y que fue uno de los grandes triunfos de la década de los setenta. Unos años antes había participado en otra película, “Perros de paja” (1971), donde se codeó con otro de los mitos del momento: Dustin Hoffman. También estaba dirigida por Sam Peckinpah y también tuvo una enorme acogida en el público. Era una historia de una dureza impresionante, sin paliativos, con la acostumbrada violencia que el realizador solía introducir en sus filmes.
Sus familiares han recordado que, durante 60 años de carrera, Warner ha sido un actor de “cine, teatro, voz radiofónica y televisión muy respetado”, informa Efe. De hecho, estuvo al pie del cañón hasta hace relativamente poco, cuando participó en una secuela esperada, pero que no logró reunir el aplauso del público y la crítica. Su último papel para la gran pantalla fue como el Almirante Bloom en “El regreso de Mary Poppins” (2018). Otra película que lo encumbró fue “La balada de Cable Hogue, de nuevo, con Peckinpah detrás de las cámaras. Aunque la mayoría del público lo recordará por su participación en uno de los filmes más oscarizados de todos los tiempos: “Titanic” (1997), de James Cameron, con Leonardo DiCaprio, Kate Winslet, Bil Paxton y Kathy Bates al frente del reparto. Él era el malo que perseguía a DiCaprio y Winslet a través de los pasillos y estancias del transatlántico. Un carácter que, en realidad, no se correspondía en nada con su verdadero carácter, como ayer recordaron sus familiares: “Será muy añorado por su familia y sus amigos, y recordado como un hombre, compañero y padre de gran corazón, generoso y compasivo, cuyo legado de trabajo extraordinario ha emocionado a tantos durante tantos años”.

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