Crítica de “Por los pelos”: una comedia alopécica ★☆☆☆☆

Dirección: Nacho G. Velilla. Guion: Oriol Capel et Al. Intérpretes: Carlos Librado, Antonio Pagudo. España, 2022. Duración: 104 minutos. Comedia.

Desde hace más de dos décadas, cuando la financiación privada acuñó un nuevo modelo de «sitcom» que desafiaba la duración estándar del formato para atrapar la publicidad de todo el «prime time» nocturno de la televisión, la comedia cinematográfica española encontró en la pequeña pantalla un espejo donde reflejarse. «Aquí no hay quien viva» y su sucesora, «La que se avecina», o «Siete vidas» y «Aída», estas dos últimas en el currículum de Nacho G. Velilla, director de «Por los pelos», servían, pues, como libro de estilo para arrastrar a los espectadores a las salas de cine.

No sabemos si ese modelo está agotado, o solo funciona (comercialmente) cuando se oculta tras la etiqueta del «cine familiar». Lo cierto es que lo que hace esta comedia alopécica, en la que un viaje de turismo capilar a Turquía une a tres tipos con problemas de autoestima, a veces con sus parejas y a veces con su vida, es apelar a esa tradición catódica para actualizar en cierto modo lo más rancio de la comedia del tardofranquismo, con su repeinada misoginia, sus gags afeitados de gracia y una puesta en escena más bien imberbe. Tal vez la mayor novedad de «Por los pelos» es que puede funcionar como publirreportaje para los que duden en regalarse un tratamiento de implantes foliculares (hay incluso un montaje musical con imágenes clínicas). Auguramos un excelente programa doble con «Manolo la Nuit» o «Dormir y ligar, todo es empezar». Mariano Ozores podría reclamar derechos de autor desde su retiro.

Lo mejor: la escena del tiovivo podría ser graciosa con un buen sentido del «timing» cómico.

Lo peor: imaginar una secuela en clave femenina, ahora con la cirugía plástica como pretexto.