Irán culpa a Salman Rushdie y sus seguidores de la agresión que ha sufrido
Un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de este país dijo que “en este sentido, nadie puede acusarnos”
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En la primera reacción oficial de Irán al ataque del viernes, el portavoz del ministerio, Nasser Kanaani, dijo que la libertad de expresión no justificaba los insultos de Rushdie contra la religión. Algunos musulmanes consideran que su novela de 1988 “Los versos satánicos” contiene pasajes blasfemos. “(Respecto a) el ataque a Salman Rushdie, no consideramos a nadie más que a él y sus seguidores dignos de... reproche y condena”, dijo Kanaani en una rueda de prensa, informa Parisa Hafezi para Reuters. “Nadie tiene derecho a acusar a Irán en este sentido”,
Por otro lado, los medios iraníes llevan comentado esta agresión contra el novelista anglo-indio desde el viernes y ninguno ha emitido ninguna clase de censura. Al contrario lo han jaleado. Según informa la BBC, el diario estatal de esa nación “Jaam-e Jam” subrayó que si Rushdie pierde un ojo, eso significa que “un ojo de Satanás ha sido cegado”. Otros medios describen este ataque como “retribución divina”.
Escritores y políticos de todo el mundo han condenado el ataque. Su agente declaró a esta agencia que Rushdie había sufrido lesiones graves, incluido daño en los nervios del brazo y heridas en el hígado, y era probable que perdiera un ojo. Un portavoz del primer ministro británico, Boris Johnson, dijo que era “ridículo” sugerir que Rushdie fue el responsable del ataque. “Esto no fue solo un ataque contra él, fue un ataque al derecho a la libertad de expresión”, dijo a los periodistas. El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo el domingo que las instituciones estatales iraníes habían incitado a la violencia contra Rushdie durante generaciones, y los medios afiliados al estado se habían jactado del atentado contra su vida.
El escritor nacido en la India ha tenido una recompensa por su cabeza desde que se publicó “Los versos satánicos” en 1988. Al año siguiente, el entonces líder supremo de Irán, el ayatolá Ruhollah Khomeini, emitió un edicto, llamando a los musulmanes a matar al novelista y a cualquier persona involucrada en la publicación del libro. En 1991, el traductor japonés de la novela, Hitoshi Igarashi, fue asesinado a puñaladas. Un exalumno de Igarashi renovó el lunes los llamamientos para que se resuelva su asesinato, informó el periódico Ibaraki Shimbun. Un portavoz de la policía dijo a Reuters que aún había una investigación activa y que el plazo de prescripción del delito, que expiró en 2006, podría levantarse. El traductor italiano de la novela resultó herido en 1991 y dos años más tarde su editor noruego recibió un disparo y resultó gravemente herido. En 1998, el gobierno reformista de Irán del presidente Mohammad Khatami se distanció de la fatua y dijo que la amenaza contra Rushdie, que había vivido escondido durante nueve años, había terminado. Pero en 2019, Twitter suspendió la cuenta del líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Khamenei, por un tuit que decía que la fatua en contra era “irrevocable”.