Balenciaga regresa con provocación: modelos “zombis” desfilando sobre el barro

“Odio las cajas y odio las etiquetas y odio que me pongan alguna. La sociedad, internet y el mundo en general adora hacerlo porque parece que les sitúa en un lugar seguro. Uno necesita tener el coraje y la persistencia para asumir realmente su identidad. Cada día se convierte en un campo de batalla para defender quiénes realmente somos. Y cuanto más intentas ser tú mismo, más te golpean en la cara. Pero qué grande es ser diferente de los demás”. Con esta declaración de intenciones de Demna Gvasalia se abría el desfile de Balenciaga Summer 23, que en la semana de la moda de París titulado “The Mud Show”, es decir, el espectáculo del barro. Y vaya que si lo fue. El concepto de la colección y de su puesta en en escena, que ha levantado revuelo, presentaba a modelos con apariencia de haber sobrevivido a un holocausto nuclear o a una semana en un gueto de toxicómanos mostrando la colección sobre el barro y los charcos. Y el primer modelo de todos era el mayor fan confeso de la firma, el rapero Kanye West, que debutaba como maniquí.

“La moda adora las cajas y las etiquetas más que ninguna cosa. Lujosa, calle, cultura, bueno o malo, viral.., a quién le importa. Poner la moda de lujo en la caja brillante, exclusiva y visualmente cara es algo desfasado,. He decidido no explicar mis colecciones ni verbalizar mis diseños, sino expresar un estado mental. La moda es un arte visual y todo lo que necesitamos es mirar con otros ojos. La moda, en el mejor de los casos, no necesita ser una historia contada por alguien”, señalaba la diseñadora. “La puesta en escena de este show es una metáfora de excavar en busca de la verdad y colocarla en la superficie”, señalaba en su presentación sobre una colección que estaba a punto de aparecer y que no iba a dejar indiferente a quienes lo presenciaban. Como de costumbre, donde algunos veían una ruptura de lo establecido y de las normas, otros veían el enésimo exceso de las marcas de lujo con tal de diferenciarse y llamar la atención.

El desfile lo inauguraba Kanye West vestido con una especie de traje de protección que imita a los cuerpos especiales policiales. Equipado con protecciones, bolsillos por todas partes y una etiqueta en la que se leía “Security”. Tras él, la colección de la firma presentaba su colección en un gran escenario cubierto de lodo, por el que desfilaban los maniquíes y las prendas generando un efecto que para algunos invitaba a la reflexión y para otros era pura hipocresía.