Activistas arrojan sopa contra la "La Gioconda" en el Museo del Louvre
En el enésimo intento propagandístico ocurrido en un museo, dos activistas han arrojado sopa a la obra, que tiene un cristal de protección
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Una pareja de activistas del grupo Riposte Alimentaire (Respuesta Alimentaria) a favor de la alimentación sostenible, han arrojado dos botes de sopa contra la protección de cristal del cuadro "La Giocond" de Leonardo Da Vinci, en el museo parisino del Louvre, como un acto de protesta contra el actual sistema agrícola y para integrar un cheque de alimentación en la Seguridad Social francesa. "¿Qué es más importante? Nuestro sistema agrícola está enfermo", gritó una de las activistas tras arrojar el líquido y después de cruzar junto a su compañera el cordón de seguridad que separaba al público del cuadro.
Los servicios de seguridad del Museo del Louvre han procedido a evacuar a los turistas y a cubrir la pintura con lonas negras. El grupo, en su cuenta de la red social X, se ha atribuido la acción e identificado a sus responsables como dos mujeres de 24 y 63 años quienes, a través de su "acción no violenta exigen el establecimiento de una Seguridad Social Alimentaria Sostenible", informa Europa Press. Respuesta Alimentaria denuncia que, en Francia, "una de cada tres personas se salta las comidas por falta de medios" mientras que "al mismo tiempo, se desecha el 20 por ciento de los alimentos producidos".
Esta es una práctica que se ha puesto en boga en los últimos tiempos por causas de ecologistas y que se viene produciendo con reiteración. Un grupo de activistas medioambientales arrojaron sopa de tomate sobre la el cuadro de los “Girasoles” de Vincent van Gogh que cuelga en la Galería Nacional de Londres. En otra ocasión, otros activistas la emprendieron a martillazos contra el cuadro 'La Venus del Espejo' de Diego Velázquez en la misma pinacoteca. En otra ocasión, dos activistas de la organización Futuro Vegetal se pegaron a los marcos de los cuadros de “La maja vestida” y “La maja desnuda” del Museo del Prado y escribieron en la pared ‘+1.5°’ en referencia al anuncio de la ONU de la imposibilidad de cumplimiento del Acuerdo de París.
"Nuestro modelo estigmatiza a los más precarios y no respeta nuestro derecho fundamental a la alimentación", lamenta el grupo, que acaba reivindicando, "para evitar las hambrunas masivas que nos amenazan", una transformación del modelo de producción de alimentos. Así pues, Respuesta Alimentaria aboga por "la integración de los alimentos al sistema general de seguridad social", en una demanda que "permitirá a cada persona beneficiarse de una tarjeta alimentaria vital con un importe de 150 € cada mes, para adquirir productos homologados y seleccionados democráticamente".