Alfredo Sanzol, un incontestable a pesar de la paridad
El dramaturgo dirigirá el Centro Dramático Nacional por tener un gran currículum pese a las demandas de paridad de género
El dramaturgo dirigirá el Centro Dramático Nacional por tener un gran currículum pese a las demandas de paridad de género.
Desde que empezaron a filtrarse algunos nombres de los candidatos a dirigir el Centro Dramático Nacional (CDN), Alfredo Sanzol (Madrid, Pamplona, 1972) parecía uno de los mejores colocados para sustituir a Ernesto Caballero al frente de la institución. Podría decirse, por tanto, que esta vez la elección, sorprendentemente, no ha sorprendido. De los cinco nombramientos que ha hecho el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (Inaem) estos últimos días para renovar sus distintas unidades artísticas, este ha sido uno de los menos controvertidos y uno de los más aplaudidos dentro de la profesión. Y eso que algo de polémica sí ha habido, porque algunos colectivos feministas, artistas a título individual e incluso la propia Unión de Actores han mostrado su disconformidad con que todos los nuevos directores sean hombres y no se haya tenido en cuenta la paridad.
Sea como fuere, de lo que nadie parece dudar es de la profesionalidad y el bagaje de Sanzol, ni tampoco de su idoneidad para este puesto de acuerdo a las bases del concurso. Si el CDN ha de velar, según sus estatutos, por «el teatro español contemporáneo en cualquiera de las lenguas oficiales del Estado, la divulgación del repertorio dramático universal y el impulso y desarrollo de los lenguajes escénicos actuales», pocos aliados encontrará mejores que el dramaturgo y director navarro-madrileño.
La exitosa carrera de Sanzol se cimenta, precisamente, en su capacidad creativa como autor, que se ha ido modelando hasta encontrar un estilo propio –«Sí, pero no lo soy» (2008), «Días estupendos» (2010), «En la luna» (2011)...–; en su manera personal de revisitar y poner al día como director los clásicos universales –«Esperando a Godot» (2013), «Edipo Rey» (2015), «Luces de bohemia» (2018)...; y en su disposición para colaborar con otras compañías de España y representar sus textos en lenguas distintas al castellano, –«Delicades» (2010), «La calma mágica» (2014)...–.
Y en estos puntos fuertes de su currículum ha basado su proyecto el nuevo director del CDN, que ocupará su cargo, a partir de 1 de enero de 2020, durante un periodo de cinco años que podrá alargarse hasta un total de ocho. Manejando un presupuesto de 5,6 millones, Sanzol quiere «dar un servicio público –ha dicho– con la idea de agradecer y devolver lo que otros hicieron por mí». Para ello, tratará de potenciar la nueva creación, a la que quiere dotar de la infraestructura, el tiempo y el presupuesto necesarios, y en la que quiere involucrar a los directores desde el comienzo de cada proyecto. Otra de sus líneas será «incorporar a las nuevas generaciones» que hoy están relegadas a las salas alternativas. «La razón por la que presenté mi proyecto fue porque nació en mí la esperanza de poder dar un servicio», declaró ayer, antes de precisar que el teatro que le interesa «no existe», pero que «tampoco voy a inventar la pólvora».