«Amanda T»: Intersticios del acoso
Autor y director: Álex Mañas. Intérpretes: Isak Férriz y Greta Fernández. Teatro Fernán Gómez. Madrid. Hasta el 29 de abril.
Inspirándose en la tristísima historia de Amanda Todd, una adolescente canadiense que sufrió ciberacoso y que terminó suicidándose al no encontrar una salida a la espiral de vejamen y alienación en la que estaba inmersa, Álex Mañas ha escrito esta historia, dirigida por él mismo, que se mueve entre el teatro documental comprometido socialmente y el drama psicologista o, incluso, existencialista. Sin embargo, la obra discurre mejor por el primero de los caminos. Hay un clima de austeridad y economía que sirve muy bien a la exposición de una tragedia sobre la que no hace falta echar más leña para que se entienda. En este sentido, son eficaces las proyecciones que contextualizan la acción, así como el recurso de usar, por toda utilería, un par de mesas y unos folios escritos con el nombre de los objetos que representan. Mañas logra así que el espectador perciba todo lo que pasa en el escenario con una conveniente imparcialidad, casi con la frialdad analítica de un científico. Lo malo es que lo que se ve en ese escenario no llega a interesar demasiado. Para una vez que la idea teatral se ajusta con inteligencia a los imperativos de una producción modesta, resulta que la recreación puramente dramática de la historia se queda coja. Ni brillan las interpretaciones ni brilla la dirección de actores: hay un pretendido tono de comedia «para desengrasar» que no funciona y un estiramiento de algunas escenas mayor de lo que exige su relevancia en el desarrollo de la historia.
LO MEJOR
El intento de Mañas por hacer que el espectador se aproxime a los hechos desde distintos ángulos
LO PEOR
La ruptura de la cuarta pared con supuestos fines cómicos no viene a cuento