"Un amor especial", con guion de Pilar Cano, triunfa en el Notodo FilmFest

Casi dos décadas lleva el Notodo FilmFest descubriendo talento entre nuestro cine más «underground» y dando voz a iniciativas que, si bien no cuentan con grandes presupuestos, sí sirven para desengrasar la maquinaria de cientos de directores, guionistas e intérpretes. El certamen, que nació allá por 2001 de la mano de una idea de Javier Fesser, ha contado este año con el honor de tener al director Juan Antonio Bayona como presidente del jurado, broche de oro a una trayectoria cinematográfica que ha cosechado 19.600 cortometrajes a concurso, películas de 48 países y más de 75 millones de espectadores en sus dos décadas largas de historia.

Entre los varios galardones que concede el Notodo, como el de Mejor Película a «Antes del todo» (Yon Bengoechea) o el de Mejor Interpretación a Marta Fuenar por «Patata», destaca el «Valladolid Ciudad Creativa», que concede el festival (en consonancia con la Valladolid Film Commision y el Ayuntamiento de la capital pucelana) al mejor cortometraje rodado entre sus lugares de interés. Este año, el premio «con la finalidad de mostrar y descubrir Valladolid a través de la pantalla y como escenario de rodajes, así como de promover la creatividad local», ha ido a parar a «Un amor especial», protagonizado y guionizado por Pilar Cano bajo la dirección de Paula Amor.

El cortometraje, que fue elegido de entre cuatro finalistas, se desarrolla a partir de la conversación entre dos amigas justo antes de que una de ellas tenga una cita con «su primer amor», lo cual sirve a la película para acercarse a las relaciones modernas, a las vivencias contemporáneas de lo romántico y a un giro, que, sin desvelar, seguro será capaz de dibujar una sonrisa o una lágrima cómplice entre los espectadores más cinéfilos. «Salvando las distancias, pongo en marcha el corto en relación a ‘‘Cinema Paradiso’’. Ahora estamos hablando mucho de las relaciones tóxicas y cómo nos afectan o nos dejan de afectar, pero creo que si eres una persona con aficiones, con vida interna y pasiones que no dependen de terceros, el cine es un lugar al que siempre puedes volver. La idea del corto viene de ahí y de lo que yo considero más importante para tener una vida plena, que es apasionarse por algo», explica Cano por vía telefónica a LA RAZÓN. Y sigue, sobre el personaje al que da vida en «Un amor especial»: «La protagonista es una chica que ha triunfado en la gran ciudad pero que quiere volver a su ciudad de provincias para probar suerte. Eso es lo que le ha dado fuerzas para llegar a donde está. Sin Valladolid, en este caso, no habría llegado a ninguna parte», completa.

Cano, que ha levantado financieramente el proyecto a pulso de la mano de su productora Sendero Media, explica el proceso económico por el que tiene que pasar este tipo de proyectos, como la gran mayoría de cortometrajes sin un circuito comercial posterior del que extraer algún tipo de beneficio: «La inversión viene de la productora, de Sendero, pero nos han ayudado mucho la Diputación de Valladolid y el Teatro Zorrilla, claro, por el que no pagamos nada para poder rodar dentro. Nos abrieron las puertas de manera muy generosa, porque hay una intención firme de atraer rodajes a Valladolid, y siendo nosotros cineastas independientes que están empezando, todo han sido facilidades», completa la intérprete.

Con un largometraje ya rodado, y habiendo puesto en marcha otros dos cortos («Sonrisa», por ejemplo, está disponible en YouTube para su visionado), Cano dice encontrarse en un gran momento profesional, desarrollando también un proyecto de serie que, de la mano de las plataformas, bien podría materializarse a lo largo del año. Con su amor al cine, y con los paisajes urbanos de esa Valladolid que se niega a no dejar impresionado al visitante, «Un amor especial» bien puede acabar convertido en una pequeña cápsula del tiempo de un gran talento a desarrollar.