Amy Winehouse, un escándalo de película

Sam Taylor-Johnson, la directora de «Cincuenta sombras de Grey» y de aquel filme, «Nowhere Boy», que daba cuenta de la infancia de John Lennon, ha dirigido el biopic encargado de rehabilitar, o no, eso ya se verá, a Amy Winehouse, una cantante marcada por una voz prodigiosa y una vida recortada por su adicción al alcohol y que terminó de una manera abrupta en 2011, con 27 años, dejando detrás la larga estela de una leyenda de hondo éxito musical y una existencia famosa por haber sido malograda: ingredientes esenciales para convertirse en un verdadero mito de la música.

De «Back to black», título de la película, se acaba de ver el tráiler, y ha sido suficiente para hayan surgido enseguida opiniones contrapuestas. Su figura ya venía contrapunteada a través de dos documentales de intenciones muy contrarias. «Amy (la chica detrás del nombre)», de Asif Kapadia, que no trazaba un retrato ideal y que, además, exponía con claridad quiénes se habían aprovechado de ella, y otro, «Reclaiming Amy», respaldado por el padre, Mitch Winehouse, que salió bastante molesto del trabajo anterior, pero que, ahora, ha dado su visto bueno a este nuevo proyecto, que cuenta con todas sus bendiciones.

El entorno de la cantante también ha dado, de momento, su apoyo a la cinta, que está basada en el libro «Saving Amy», de Daphne Barak, y que parte del guion escrito por Matt Greenhalgh, que ya había colaborado con la realizadora. Los que ya han mostrado su descontento han sido cientos de fans en las redes sociales, quizá porque ellos son siempre escrupulosos en los detalles y, también, porque hay ciertas mitomanías que llevan mal que se toquen sus relicarios sagrados. Uno de los inconvenientes que ya se han escuchado, esto era casi de esperar, tiene que ver con la elección de la actriz para meterse en la piel de Amy.

Al casting acudieron docenas de candidatas, pero, al final, para lamento de Millie Bobby Brown, la protagonista de «Stranger things», que soñaba con meterse en la piel de este personaje, ha sido elegida Marisa Abela, una intérprete que ha pillado por sorpresa a bastantes, a algunos porque ni siquiera les suena. Al contrario que otras, ella se presentó a la prueba desprovista de caracterización: sin el pelo recogido en un moño y sin el «eyeliner» que todos recuerdan en el rostro de Amy. Sin embargo, como ha revelado la propia directora, Sam Taylor-Johnson, encarnaba mejor que ninguna otra el alma del personaje. El propio padre ha explicado que no se buscaba una réplica física, sino la capacidad para emular similitudes emocionales y expresivas. Algunas de las imágenes que se han visto hasta ahora permiten apreciar un fantástico parecido, y otras, casi ninguno. Depende de la escena. El público ya ha visto a Marisa Abela, que forma parte del reparto de la serie «Industry», en uno de los fenómenos de este año: «Barbie», de Greta Gerwig. Ahora ha cambiado un mundo de felicidades por otro de tragedias.