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¿Tienes fuego?

Ana Brito: «Lo bueno que tenemos los españoles es que sabemos reírnos de todo lo malo que nos pasa»

«Lo que empezó siendo una cosa muy pequeñita, y casi orgánica y sin rumbo, ahora es mi proyecto profesional», asegura esta cómica e influencer analógica

Ana Brito, humorista.
Ana Brito, humorista.Gonzalo PérezLa Razón

Debatimos esta señora y yo, antes de arrancar la entrevista, cuál es la profesión que debe acompañar a su nombre en el encabezado: ¿humorista?, ¿cómica?, ¿influencer? Cómica claro que lo es, pero, a pesar de sus muchos seguidores en redes (más de medio millón en Instagram), se declara analógica, si bien dice estar «súper a favor» de los influencers, por lo que nos decantamos por «cómica e influencer analógica», una etiqueta que mola porque incluye un hermoso oxímoron. No hay discusión posible, en cambio, en que lo que hace es buenísimo para la gente porque es altamente saludable: arranca risas y sonrisas desde «El show de Briten».

Son las 11 de la mañana, ¿es demasiado pronto para echarse unas risas?

No, no, nunca es demasiado pronto para echarse unas risas. Yo me río hasta dormida, qué quieres que te diga. Nunca es tarde ni pronto para reírse.

Hay que tener ironía y sentido del humor a cualquier hora.

Sí, claro, totalmente.

Le dije a Ángel Martín que hay una parte de «geisha» en el humorista, pues proporcionan placer, y le gustó. ¿A usted también?

Sí, porque el humor te ayuda a desconectar. Cuando logras evadirte de todo y eres capaz de conectar contigo, y de tomarte una situación que puede llegar a ser incluso dramática y aprender a reírte de ello y que te ayude a desestresar, ¿cómo no va a haber placer en eso?

Ahondando en eso, le dije también a Martín que los humoristas tienen vocación de servicio público, ya que se lo hacen pasar bien a la gente.

Sí, sí. A veces se me olvida el poder que tienes para con otros y de la labor, quizá social, que hay implícita en ello, pero lo bonito de esta profesión es que la gente te lo recuerda: te mandan un mensaje en redes donde te cuentan el momento por el que están pasando y cómo les has ayudado, o incluso te lo dicen en persona.

He buscado información suya en internet y hablan mucho de sus embarazos y sus hijos, y no sé si por ese orden. ¿No le parece una situación embarazosa?

Siempre he intentado mantener mi vida personal al margen, porque yo no creé mi cuenta ni hago contenido para hablar de mi vida personal, sino para entretener, hacer humor, divertir. Entonces, embarazosa no lo sé, pero, desde luego, ese no es el objetivo que busco. Entiendo que quizá por eso genere más morbo y la gente quiera saber más de esa faceta, porque yo soy muy discreta. Para que te hagas una idea, ambos embarazos los he ocultado en redes sociales.

Lo sé, también lo he leído.

Claro. Creo que, como estamos acostumbrados a todo lo contrario, a que a través de las redes lo que se hace es contar la vida privada de cada uno, en el momento en el que alguien no lo hace suscita ese morbo.

Digamos que esa es una de las servidumbres de su oficio.

Sí, sí, total. Pero creo que cada uno pone los límites a la hora de decir qué quiere compartir y por qué.

¿La fama es una caricia?

La fama viene de la mano de la profesión en la que estoy. Una profesión de cara al público donde muchas veces las colaboraciones se hacen a través de medios de comunicación, y entonces ambas cosas sí van de la mano.

¿Qué es «El show de Briten»?

Son muchas cosas. Empezó como un perfil en Instagram donde parodiaba situaciones de humor, pero ha ido cogiendo mayores dimensiones. Hasta el punto de que la de «El show de Briten» también tiene un podcast con Xuso Jones que cada vez está creciendo más y teniendo más repercusión, al igual que «El show de Briten» también está empezando a aparecer más en medios de comunicación. Digamos que lo que comenzó siendo una cosa muy pequeñita, y casi orgánica y sin rumbo, ahora es mi proyecto profesional. Ese bebé que nació en un cuarto de mi casa a raíz de la cuarentena.

La escena política actual invita al vómito y a la lágrima y, sin embargo, de todo hacemos un meme y una chanza. ¿Qué nos pasa, doctor?

Ay, no lo sé. Es que lo bueno que tenemos los españoles es que sabemos reírnos de todo lo malo que nos pasa. También creo que, aunque ahora estemos viviendo una especie de «Sálvame» político, porque cada día salen cosas nuevas…

La actualidad política nos ha desenganchado de Netflix.

Sí, justo, justo. Lamentablemente, siempre hay algún asunto de corrupción, una noticia escandalosa que a cualquier persona de Europa del Norte se la cuentas y flipa. Pero sabemos sacar humor o chascarrillos de ello e incluso burlarnos de nosotros mismos.

Mejor eso que salir a la calle a quemar coches, como hacen los franceses cuando se cabrean con los políticos, ¿no?

No sé... O sea, mejor, sí, sí. Porque, además, a mí me encanta reírme. Pero también creo que deberíamos ser más duros e intentar crear una sociedad en la que esto no sea posible.

¿Qué político le parece el más cómico y cuál el más irrisorio (que mueve a risa y burla)?

Pues es que no te sé decir, porque yo no tengo ni idea de política. Igual que no tengo whatsapp, intento no ver las noticias para no deprimirme.

Bueno, pero los políticos son famosos a nuestro pesar.

Sí, sí. Yo iría más al conflicto internacional de un Donald Trump, Putin y el loco de Corea, que entre los tres van a destruir el mundo.

Desde luego son irrisorios, pero cómicos no sé si son mucho.

No, ya. Cómico no creo que haya ninguno.

¿Cómo se ve dentro de diez años?

Uy, pues la verdad es que no sabría contestar a esa pregunta. Me voy poniendo muchos retos y metas, y me encantan los cambios y probar cosas nuevas. Creo que soy un perfil muy multidisciplinar y no me veo encasillada ni haciendo lo mismo mucho tiempo. Sí que hay algo que me apetece mucho, que es hacer «stand up», que es un mundo en el que ahora mismo, por falta de tiempo, no me he podido meter. El contenido de redes sociales y el directo son ambientes muy diferentes, y creo que para ello hay que practicar bastante. Pero sí es algo a lo que le tengo muchas ganas.

Esta sección lleva por título «¿Tienes fuego?». ¿Usted lo tiene?

Fuego no lo sé, pero llama probablemente sí. Porque creo que esa llama que todos tenemos dentro hace que tratemos de encontrarnos a nosotros mismos y poder dar a los demás, y eso sí que lo tengo muy presente en mi día a día. Creo que todos lo tenemos, lo que pasa que por el día a día se nos acaba apagando.

Pues hasta aquí ha llegado el show.

¡Qué entrevista más difícil! No sé si he contestado bien a nada...

Creo que ha estado bien.

Ja, ja, ja. ¡Nota! Del 1 al 10. ¿Cero?

No, mujer. Tendría que leerla, es decir, transcribirla y leerla. Pero, a bote pronto, se me ocurre que la nota es alta.

Bueno, me fiaré de ti.

Venga.