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Ana Frank: de diario a cómic

Se edita por primera vez una novela gráfica sobre el dietario de la joven judía, obra de Ari Folman y David Polonsky, que preparan también una cinta de animación. La fundación que lleva el nombre de la adolescente ha dado el visto bueno al proyecto. En España saldrá a la venta el 21 de octubre.

La joven Ana Frank
La joven Ana FrankArchivoArchivo

Se edita por primera vez una novela gráfica sobre el dietario de la joven judía, obra de Ari Folman y David Polonsky, que preparan también una cinta de animación. La fundación que lleva el nombre de la adolescente ha dado el visto bueno al proyecto. En España saldrá a la venta el 21 de octubre.

La Fundación Ana Frank ha querido adaptarse a las nuevas generaciones y lanza estos días a nivel mundial un cómic basado en los textos originales del diario escrito por Ana Frank desde que cumplió 13 años, el 14 de junio de1942, hasta que fue detenida con toda su familia por las SS el 4 de agosto de 1944, un tiempo que pasaron mayoritariamente escondidos en una vivienda oculta tras las oficinas de la empresa familiar en Amsterdam. El proyecto, que se materializa por primera vez, viene de largo. Hace ocho años la familia de Ana Frank y la fundación que lleva su nombre se plantearon la necesidad de hacer llegar a los más jóvenes el contenido de los diarios en un momento en plena evolución de los hábitos de lectura. Cómo transmitir el contenido del dietario de esta niña en su propio idioma pero sin hacer concesiones en cuanto al mensaje, memoria clave del Holocausto, y a los personajes que aparecen citados, era el gran reto. La primera cuestión era encontrar a los artistas adecuados, que pudieran apreciar en su justa medida la complejidad y la calidad del texto de Anna Frank. Ari Folman, director y guionista, y David Polonsky, ilustrador, fueron los elegidos. Ambos habían colaborado con anterioridad en otros proyectos, como la producción de la película de animación « Vals con Bashir», César a la mejor película extranjera y Globo de Oro a la mejor película de habla no inglesa. Aceptar el reto no resultó tarea fácil. En un principio rechazaron el ofrecimiento porque no se veían capaces de crear algo original tras la cantidad de obras en las que las vivencias de la niña judía habían sido protagonistas. Para ellos significaba un reto demasiado grande. Sin embargo, tras madurarlo cambiaron de opinión y aceptaron ponerse al frente del cómic.

El diario tiene una larga historia de adaptaciones que comenzaron en 1955 con el estreno de la obra dramatizada en Broadway. Otto Frank, padre de Ana, y la familia han permitido que la historia de la adolescente sea adaptada tanto al teatro como al cine, «sin que hayan mediado consideraciones económicas», recordó durante la presentación mundial en París Philippe Robinet, director de Calmann-Lévy la editorial que asume la publicación del cómic en Francia. Desde el primer momento, Otto Frank, fallecido en 1980, decidió que todos los ingresos que se adquirieran a través de la reproducción de la obra de su hija serían utilizados para fines educativos o científicos.

Ari Folman decidió aceptar el órdago que le lanzaba el Fondo Ana Frank tras hablar con su madre, superviviente de la Shoah. Él, como mucha gente, había leído el texto cuando era un niño, pero no guardaba recuerdos de su primera lectura. «Desde que tenía uso de razón había escuchado en casa historias mucho más duras, la de Ana no me impresionó», comentó Folman y señaló que el diario no recoge las situaciones a las que estuvieron expuestos los miembros de la familia, porque se interrumpe antes de ser capturados y deportados. La segunda vez que Folman se asomó al libro fue cuando comenzó a trabajar en el proyecto de trasladar la obra a un cómic. «Me quedé impresionado por la calidad de la escritura, y más aún, por la forma en la que una niña de doce años observaba los detalles de la realidad que le rodeaba», asegura.

Menos páginas

El mayor desafío que han tenido que asumir es el de «transformar 460 páginas de texto en 180 de un libro ocupado en su mayoría por ilustraciones llenas de color», afirman los autores. Trabajaron a partir de la versión original en alemán y las traducciones en inglés junto a un equipo de historiadores, archivistas, editores y traductores y otro de coloristas y «storyboarders» con el objeto de ser lo más fieles posibles a este libro de alcance universal.

También ha habido que adaptarse a la hora de elegir el lenguaje para una obra destinada a un público mayoritariamente joven. El dúo Polonsky y Folman han trabajado en películas de animación dirigidas a adultos como es el caso de «El congreso», la adaptación cinematográfica de la novela «Congreso de futurología». «Aunque yo he ilustrado libros para niños durante años», declara Polonsky. «El único condicionamiento era intentar imaginar lo que niños y jóvenes pueden entender o no debido a la falta de experiencia de la vida, pero el principal criterio debe ser que la obra te interese, y después esperar que a la audiencia le guste». La dupla logra plasmar una obra divertida sin desdibujar ni desvirtuar la crudeza de la realidad que vivía la más pequeña de la familia Frank, encerrada durante dos años en un apartamento junto a sus padres, Otto y Edith, su hermana Margot, la familia van Daan, formada por Hans y Augusta y su hijo Peter, así como Albert Dussel, el dentista de los van Daan.

Para Ari Folman «Ana Frank tenía una forma de observar a la gente que convivía a su lado increíblemente inteligente y, en muchos casos, divertida», y este último aspecto es el que han querido subrayar en su trabajo, aunque sin olvidar que la adolescente se ha convertido en un icono de los efectos desvastadores del nazismo. «Yo no tengo miedo de decir que (la obra) debe poseer una parte de entretenimiento», añade David Polonsky. Y para alcanzar ese delicado equilibrio ponen en acción su imaginación a la hora de interpretar y dramatizar, por ejemplo, sobre las descripciones que la protagonista realiza con su peculiar humor, incisivo pero sin sarcasmos, de Hans van Daan y sus conocimientos sobre la elaboración de salchichas, o cuando describe a su caprichosa y egocéntrica mujer, «Madame», una señora apegada a su orinal. «Buena parte del trabajo ha consistido en leer cuidadosamente el diario e imaginar, no únicamente lo que es importante, sino también lo que es bueno para el lenguaje del cómic y que añade un plus a la hora de ilustrarlo», pero sin añadir en ningún momento elementos de ficción, algo que subrayan para que no queden dudas.

Dulcificar a la madre

Otro aspecto delicado de abordar ha sido la manera de enfrentarse a la figura de Edith, la madre de Ana. A lo largo del diario la adolescente expresa sin cesar la difícil relación que mantiene con ella, y evidentemente no recoge que la primera murió en el campo de concentración de Bergen-Belsen, y la segunda en Auschwitz, y que antes de morir se reconciliaron. Los autores han optado por dulcificar en la medida de lo posible la figura materna en comparación a los comentarios que Ana hace de ella en su diario, de quien llega a afirmar que ya no ocupa ningún lugar en sus sentimientos. Folman y Polonsky reproducen algunas de las cartas que Ana escribía a su amiga imaginaria Kitty, especialmente desde que se enamora de Peter. «Esos textos abandonan la esfera de la sensibilidad para alcanzar una sabiduría excepcional para su edad», señala Folman en la conclusión del libro. Pero eso no les impide poner el énfasis en la adaptación gráfica del conjunto e introducen referencias culturales y cinematográficas que puedan despertar la curiosidad de los jóvenes lectores, «guiños», como ellos los llaman, que contextualizan la historia, tal es el caso de la figura de un guardia suizo, actrices de la época u obras pictóricas que han marcado la historia como «El grito», de Munch y «Retrato de Adele Bloch-Bauer» de Klimt.

La novela gráfica será publicada en octubre en cincuenta países. En España está editada por el grupo editorial Penguin Random House y estará en librerías el día 21.

Una vida llevada al cine

El «Diario de Ana Frank» se convertirá, además de en una novela gráfica en una película que recogerá la versión «más fidedigna» de uno de los documentos más estremecedores de la literatura. Ari Folman y el ilustrador David Polonsky, que trabajaron juntos en el filme de animación documental «Vals con Bashir» (2008), intentarán aportar una nueva dimensión a los diarios personales escritos por Ana Frank durante los dos años en los que permaneció escondida de los nazis. La pareja Folman-Polonsky garantiza solvencia. Con «Vals con Bashir» ganaron un Globo de Oro y un premio César y estuvieron nominados al Oscar. Ésta no será la primera vez ni mucho menos que el cine se fija en la trágica historia de Ana Frank, ni siquiera en el género de animación, donde ya hubo una versión japonesa de 1995. En cuanto al cine convencional, en 1959, George Stevens filmó «El diario de Ana Frank». Obras de teatro y documentales como «Recordando a Ana Frank» (1995) han arrojado más luz sobre la vida de la joven polaca.