Buscar Iniciar sesión

Antonio Ruz: «Los bailarines tenemos el movimiento muy integrado en nuestra forma de mirar el mundo»

«Presente», su nueva obra, es un viaje a través del tiempo que llegará a los Teatros del Canal el 19 de octubre: «El público se sorprenderá», asegura.
larazon
  • La Razón es un diario español de información general y de tirada nacional fundado en 1998

Creada:

Última actualización:

«Presente», su nueva obra, es un viaje a través del tiempo que llegará a los Teatros del Canal el 19 de octubre: «El público se sorprenderá», asegura.
Ha hecho un viaje psicológico, visceral, emocional e intenso a través del tiempo. Ha estudiado el presente y descubierto que no existe, que se escapa, que cada momento es un regalo y que cada instante se resbala, que puede atarse y desatarse. Y lo ha plasmado en una coreografía profunda e introspectiva que homenajea al aquí y al ahora. Tras 9 años realizando encargos, entre los que destaca la adaptación al mundo rural español de «Electra» con el Ballet Nacional, Antonio Ruz regresa a su compañía con «Presente», que podrá verse en los Teatros del Canal de Madrid desde el 19 hasta el 21 de octubre. «La obra tendrá tantas lecturas, tantos pasados, tantos presentes y tantos futuros como personas vengan a verla», asegura.
–¿Bailarín o coreógrafo?
–Llevo bailando desde los siete años y seré bailarín hasta que me muera. Los bailarines tenemos mucha conciencia corporal y el movimiento muy integrado en nuestra vida, en la forma de caminar y de mirar el mundo.
–¿Cómo miran el mundo?
–En movimiento. Desde la belleza, el ritmo, el espacio, el tiempo...
–¿Cuál es la factura del paso del tiempo?
–El envejecimiento, el deterioro, la decadencia. Pero también nos hace madurar y nos enseña.
–¿El qué?
–A afrontar la vida de manera diferente, a apreciar el instante. Cada momento es un regalo, aunque no siempre los aprovechamos porque estamos desconectados de nuestro cuerpo. Cuando uno madura es consciente de que el tiempo se nos va mas rápido y de que tenemos que disfrutarlo.
–Cada vez vivimos más rápido. Pero las horas siguen teniendo 60 minutos, igual que hace 100 años...
–Ya, pero se ha generalizado la sensación de que siempre nos falta tiempo.
–¿Y cómo ganar tiempo al tiempo?
–No se puede. Hay que aceptarlo.
–¿El presente se escapa?
–Sí.
–¿Se puede atar?
–Sí, y desatar.
–¿«Presente» es pasado o futuro?
–Las tres cosas.
–¿Cuándo el presente pasa a ser pasado?
–(Piensa) El concepto es muy ambiguo. El presente no existe. Ésta es una obra que hace cuestionarse muchas cosas. Los espectadores no deben entender, ni descubrir, nada. Viajarán a través de esos bailarines y de todos los elementos escenográficos y escénicos a nivel sensorial y psicológico. No se plantearán respuestas, sino preguntas.
–¿Como por ejemplo?
–Se preguntarán que qué hacen esos locos haciendo esos movimientos con esos vestuarios. El público se sorprenderá porque quizá espera un trabajo más superficial, pero es una pieza muy profunda.
–¿Cuándo el futuro es presente?
–El futuro tampoco existe. En la obra se lanzan muchos guiños al aquí y al ahora.
–¿Usted vive el presente o en el presente?
–Yo vivo como puedo (risas). En cualquier caso, las piezas que nos salen son bastante autobiográficas. Ahora estoy haciendo un trabajo para vivir el presente, para no anticipar hechos que puedan ocurrir.
–Pues hay quienes solo piensan en el mañana...
–Exacto. Y esa es la ansiedad que nos crea el presente. El futuro nos genera angustia y miedo porque no lo conocemos.
–Usted ha investigado el presente. ¿Para qué?
–He realizado ese viaje interior para mejorar como persona, para disfrutar más y ser más feliz. Descubrir el presente nos enseña la belleza del mundo.
–¿En qué piensa cuando baila?
–Últimamente en no hacerme daño en la rodilla izquierda, que me han operado tres veces y debo tener cuidado (risas). Ya en serio, cuando bailamos no pensamos, o se entremezclan muchos pensamientos a la vez. La danza tiene mucho de mental. Es un trabajo muy cerebral e intelectual el que hay detrás de cada paso y de cada movimiento.
–¿Dónde hay más movimiento, en su cuerpo cuando baila o en su cabeza cuando crea las coreografías?
–En mi cabeza.
–¿A qué político pondría a bailar?
–A todos. Les haría una coreografía en la que hubiese mucha escucha de grupo, una pieza en la que todo estuviera coordinado.
–¿Baila en sus ratos libres?
–Sobre todo, canto música barroca, pop, jazz, flamenco... Soy muy polifacético en mis gustos.

Archivado en: