Arcade Fire noquean Madrid

El grupo canadiense vence por pegada al público de Madrid

Hacia siete años que no pisaban la capital y vaya que si se notó anoche. Pero más todavía las ganas de título de campeones al que aspiran Arcade Fire como banda en directo. Valió cada euro que pagaron (y no eran pocos) los espectadores de un WiZink Center abarrotado, que rodeaban con horror vacui el escenario, montado como un ring en el centro del pabellón. Los canadienses salieron buscando el K. O. en el primer asalto y primero a la mandíbula soltaron “Everything Now” y después al hígado “Rebellion (Lies)”.

El público de Madrid se entregó tanto que cantó las letras y también las guitarras. Todos los coros también. “Here Comes the Night Time” daba un respiro a un público contra las cuerdas, pero los de Butler soltaban otra ondanada de, ya saben, golpes, con “No Cars Go”. Los canadienses ya no trepan escenarios como solían (ayer habría sido imposible, además) pero parecen haber recuperado algo de ese ánimo circense que tuvieron antes de que el éxito quizá les hiciera exprimirse en shows clónicos en festivales. Ayer, por escenografía y montaje recordaron a las mejores versiones de sí mismos.

Merece una mención ese tema que es “Put Your Money On Me”, que es como un gancho inesperado cuando deseas que suene la campana. Uno que te pilla cuando cubres la sien y te das cuenta del daño que te ha hecho cuando sacan la banqueta para sentarte en tu esquina. Luego retiraron las cuerdas de ring y pidieron que los móviles iluminasen el pabellón con “Neon Bible” y “My Body Is a Cage”, quizá parte de (alerta, opinión) lo más irritante se su repertorio.

Will Butler lanzó un mensaje a la grada sobre los tiempos políticos. “En América y en España podemos hacerlo mejor”, pidió antes de “Keep The Car Running” y luego con “Reflektor”. Pero si tienen un lado melodramático y un poco pretencioso ese no es “Ready To Start”, un tema que te empuja a las cuerdas te convierte en carne picada. Mención expresa merece el sonido y la producción del evento. Espectacular y elegante desde el juego de luces a las pantallas y desde luego el sonido. Bravo.

Decíamos que ya no son ese grupo circense y resulta que anoche Will Butler saltó las barreras con el público y cantó entre la multitud abriéndose paso con la voz ahogada en dos ocasiones. “The Suburbs”, “Reflektor” y “Neighbourhood #3” no faltaban a la cita en los últimos asaltos, pero todavía quedaba la verbena final con la ayuda del Preservation Center, conjunto de jazz de Nueva Orleans que es toda una atracción turística para una segunda versión de “Everything Now” y “Wake Up” que mandaron al público a la lona, los metieron de golpe en la habitación del sueño. Aunque estaban despiertos.