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ARCO se queda en cuadros

El coleccionismo apuesta de nuevo por el valor seguro de este soporte
larazon

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Durante unos años, la pintura cedió en ARCO parte del espacio preeminente que mantenía en las galerías en beneficio del vídeo, la instalación, la fotografía, que parecían el porvenir, el lugar físico donde el futuro había depositado su propio horizonte. Pero aquel estallido de ruido y formas, la irrupción febril del instante congelado o el movimiento condenado a repetirse eternamente en el bucle de una película intencionadamente casera o pulcramente artística, ha quedado atrás, y la superficie pintada ha recuperado aquellos metros perdidos. David Fernández-Braso reconoce que «ésta es la edición más pictórica de los últimos años, con menos vídeos y arte conceptual. Es como una vuelta a la pintura. Antes se había abusado demasiado de los objetos que llamaban la atención». La crisis ha vuelto cautos a los coleccionistas y «ahora quieren cierta garantía y, también, algo de lo que puedan disfrutar en casa, como es la pintura», asegura el galerista. Desde la galería Pilar Serra explican que «hace unos años, la fotografía se integró en ARCOcon fuerza porque comenzó a entrar en los museos. Ahora ya sólo queda lo mejor, se ha producido un filtro y la pintura ha recobrado su presencia anterior. Hay que tener en cuenta que las fotos pertenecen a series y que el precio de estas obras ha subido mucho. El coleccionista ve la serie como algo menor y si por un precio semejante pueden adquirir una pintura, que es única, prefieren hacerlo. Un cuadro siempre es algo mucho más seguro». El galerista Rafael Ortiz comenta que en esta edición «se ha vuelto más a la pintura que en anteriores ediciones a pesar de su anunciada muerte. Ahora cada una de las técnicas ocupan su sitio». El galerista Miguel Marcos, que coincide con la impresión que mantienen en Marlborough, comenta que la pintura nunca ha desaparecido de las ediciones, pero reconoce el empuje que tuvieron durante una larga época otras técnicas y proposiciones: «hubo un momento en que la instalación se puso de moda», asegura y comenta que ahora se ha regresado por cauces anteriores. Parece que el coleccionismo apuesta por un soporte que disfrute de una garantía». Parece que el retorno al lienzo también ha arrastrado la obra en papel, tan delicada como a veces infravalorada, aunque, como subraya David Fernández-Braso, «un coleccionista siempre intentará acceder a un cuadro. Hay que pensar que el arte apuesta ahora por artistas que no vayan a desaparecer con el paso del tiempo y piezas que sean sólidas, como es la pintura, que resiste mejor el paso del tiempo que la fotografía y el vídeo. El lienzo está en los museos desde hace siglos. En este sentido, ARCO ya no tiene que ver con el de hace ocho años».