Muchas veces, una sola pieza que conmueva tiene la capacidad de salvar un evento de este tipo, y hacer sentir al espectador que ha valido la pena acudir, un año más, a IFEMA. A continuación, se proponen diez razones para no faltar a la cita madrileña.

“Inflation 1 y 3″ (2021), de Diego Bianchi. Galerie Jocelyn Wolf.

Con fuertes resonancias de los “Cravings” de la artista coreana Lee Bull, el argentino Diego Bianchi presenta en el stand de la galería francesa Jocelyn Wolf los vídeos “Inflation 1 y 3″, en los que juega con dos de los significados del término inglés “inflation”: inflación e hinchamiento. Los cuerpos que aparecen en ellos son lastrados por numerosos objetos que dificultan notablemente sus movimientos.

“Cuide la pintura” (2008), de Muntadas. Galería Joan Prats.

En esta fotografía sobre pintura mural, Muntadas realiza una irónica reflexión sobre el medio pictórico -cuya presencia en la feria resulta avasalladora-. La pintura se desdobla en dos planos de significación: un fondo neutro y una advertencia sobre su fragilidad que, paradójicamente, se efectúa desde un lenguaje no-pictórico. La pintura se cuida, hoy en día, desde su impureza.

“Vitrina” (1989-2020), María Teresa Hincapié. Galería Mira Madrid.

Gran referente de la performance colombiana, Maria Teresa Hincapié presenta un conjunto de fotografías en las que se documenta algunos de los momentos de su pieza más celebrada y repetida en el tiempo: “Vitrina”. En ella, la artista permanece varias horas al día en el escaparate de un centro comercial mientras limpia, se maquilla o se interactúa con el público.

“The Lieutenant-Nun is Passing” (2021), de Mercedes Azpilicueta. Galería Nogueras Blanchard.

En este impresionante tapiz de 160 x 400 cm, Mercedes Azpilicueta ofrece una visión especulativa de Catalina de Erauso, más conocida como la Monja Alférez, uno de los personajes más controvertidos del Siglo de Oro español. En clave poscolonial, la artista teje un relato en el que lo real y lo imaginario se superponen, desdibujando sus límites y multiplicando las posibles interpretaciones.

“Woman with smeared lipstick” , de Hans-Peter Feldman. Galería Projectesd.

Hans-Peter Feldman efectúa, en esta pintura, una doble y turbadora estrategia: de un lado, se apropia de los códigos del retrato clásico, los cuales reproduce con absoluta fidelidad; de otra, deconstruye estos mismos códigos mediante la introducción de una llamativa anomalía: el pintalabios que exhibe la figura retratada se ha corrido, manchando su mejilla derecha.

“Avesso” (2016), de Ana Vidigal. Galería Espacio Mínimo.

Probablemente, la mejor pieza de este Arco 2022. Vidigal ha superpuesto -como si de una pintura irregular y expandida se tratara- una serie de portarretratos con imágenes de familiares ya fallecidos, y que han sido colocados al revés -mostrando su reverso-. La fatalidad y melancolía que transmiten esta obra resulta sobrecogedora: el espectador no puede contemplar los rostros de los familiares porque estos ya están en el “otro lado”, en esa dimensión invisible marcada por la pérdida.

“Grand Canyon Nights” (2022), de Stefan Muller. Galería Bärbel Grässlin/Heinrich Ehrhardt

Entre las decenas de reflexiones sobre el monocromo modernista que pueblan la feria, esta de Stefan Muller resulta especialmente sugerente. Una superficie enteramente negra es turbada por pequeñas manchas de color qe se distribuyen en el lado inferior del lienzo y que introducen esa carga de teatralidad que tanto detestaba Clement Greenberg.

“Degradación” (2022), de Diana Fonseca. Galería El Apartamento.

La cubana Diana Fonseca presenta en el stand de El Apartamento esta pieza correspondiente a la serie “Degradación”, en la que, hibridando el lenguaje de la pintura, la escultura y el “objet trouvé”, superpone capas de pintura de distintas de distintas fachadas habaneras. Esta superposición de capas de pintura antiguas -auténticas temporalidades otras, abandonadas- genera sugerentes composiciones abstractas.

“In ictu oculi” (2022), de Javier Pividal. Galería ArtNueve.

Pividal rinde homenaje a una de las grandes acciones del arte español contemporáneo: “Carrying”, de Pepe Espaliú, realizada en 1991 entre el Congreso de los Diputados y el Centro de Arte Reina Sofía, poco antes de su fallecimiento a causa del Sida. Este fotograbado se centra en las piernas del artista cordobés -las cuales no podían tocar el suelo-. Y la fragilidad de tales piernas es poéticamente subrayada mediante el empleo de la ceniza como marcador de desaparición.

“Faint with Light” (2016), de Marianna Simnett. Galería Société.

En esta desasosegante instalación de luz y sonido la alemana Marianna Simnett acompasa su respiración a una pantalla de luces led, que se apagan o ciegan al espectador en función de la hiperventilación sufrida por la artista. Esta lúcida pieza transforma el sentido tradicional otorgado al desmayo -asociado con la histeria y, por tanto, con a disfuncionalidad de la mujer- para convertirlo en una experiencia de empoderamiento y autoconciencia.