Arte

El Cézanne nunca visto se expone en Londres

La muestra que aterriza en octubre en la Tate Modern se presenta como la primera gran muestra monográfica del icónico pintor desde los años 90

"Bodegón con frutero", de Paul Cézanne
"Bodegón con frutero", de Paul Cézannearchivo

Tras las naturalezas muertas, bodegones, paisajes y pinturas de bañistas de Paul Cézanne, asegura la Tate Modern de Londres, “la historia del arte nunca volvió a ser la misma”. El artista, natural de Aix-en-Provence (Francia), es considerado el padre de la pintura moderna, pues su obra estableció la transición clave hacia el arte del siglo XX y postimpresionista. Ahora, su obra vuelve a sorprender y envolver al público a través de una exposición especial, pues contiene obras nunca antes vistas en varios países, así como se trata de la muestra monográfica del artista más grande desde los años 90.

La exhibición ha sido inaugurada en Chicago y, a partir del 6 de octubre, viajará hasta la Tate Modern de Londres, bajo el nombre “The EY Exhibition Cézanne”.Veintidós pinturas del influyente pintor se reunirán en una “exposición única en una generación”, asegura el museo británico, incluyendo el aclamado “Bodegón con frutero”, prestado por el Museo de Arte Moderno de Nueva York y al que Paul Gauguin se refirió como “una perla excepcional, la niña de mis ojos”. Si bien la vida y obra de esta figura artística tan fundamental en el arte moderno se presenta en Chicago con 80 pinturas, acuarelas y dibujos, Frances Morris, directora de la Tate Modern, ha explicado que el alto costo de montar exposiciones de este calibre significaba que el espacio londinense “se veía obligado a ser muy selectivo”.

La exposición abre con uno de los primeros autorretratos pintados por el artista, una imagen de “un hombre sofisticado a punto de conquistar la capital” mientras se preparaba para dejar su hogar en Provenza hacia París, ha explicado a “The Guardian” Natalia Sidlina, curadora de arte internacional en Tate Modern. De esta manera, la muestra traza los eventos, lugares y relaciones que dieron forma al trabajo de “uno de los artistas más respetados y enigmáticos de finales del siglo XIX”, agregó.

Por su parte, otra sala de la muestra reunirá varias de las icónicas obras de bañistas de Cézanne, incluida la célebre “Bañistas 1894-1905″. Una exposición, por tanto, que tiene como objetivo comprender al artista en su propio contexto, en todos y cada uno de sus matices, como un pintor ambicioso que lucha por mantenerse escéptico hacia su entorno.

Explica Morris a “The Guardian” que hace un siglo la Tate Modern rechazaba las primeras ofertas de obras de Cézanne al considerarlas “demasiado modernas”. Una reacción inherente a un ser humano con tanta tendencia a anclarse en lo seguro, en lo pasado. No obstante, años más tarde Samuel Courtauld, fideicomisario revolucionario de la Tate, “estableció un fondo que especificaba hábilmente qué artistas podían adquirirse para la colección nacional, y Cézanne era uno de esos artistas”, explica la directora del espacio. Y añade: “Así, la Tate se convirtió en el primer museo público nacional en el Reino Unido en poseer pinturas de Cézanne en 1924. Y, desde entonces, este artista ha sido realmente una parte clave de nuestras posesiones”.