Arte

El expresidente del Louvre, acusado por tráfico de antigüedades

Jean-Luc Martínez ha sido imputado por blanqueo y cómplice de estafa, según informa el diario “Le Monde”

El expresidente del Museo del Louvre, Jean-Luc Martínez
El expresidente del Museo del Louvre, Jean-Luc MartínezChristophe EnaAgencia AP

El expresidente del Museo del Louvre, Jean-Luc Martínez, que ocupó el cargo desde el 3 de abril de 2013 hasta el pasado mes de agosto, ha sido imputado por blanqueo y cómplice de estafa en un caso de tráfico de antigüedades, según informa el diario “Le Monde”. El arqueólogo e historiador del arte francés, especializado en escultura griega antigua, fue arrestado el pasado lunes junto al conservador del departamento de antigüedades egipcias del célebre museo, Vincent Rondot, y el egiptólogo Olivier Perdu. Mientras que los dos últimos fueron puestos en libertad el martes por la noche, el que fuera dirigente del Louvre entre 2013 y 2021 ha sido imputado.

Si bien Martínez ha sido puesto en libertad, permanece bajo control judicial en el marco de una amplia investigación internacional sobre tráfico de antigüedades que habría afectado al Louvre de Abu Dabi y al Museo Metropolitano de Nueva York. Una situación que incluiría a varios comerciantes de arte y expertos, sospechosos de haber producido documentos falsos para inventar los orígenes de objetos saqueados en distintos países de Oriente Medio, durante las revueltas de la Primavera Árabe.

Ante esto, las autoridades investigan la procedencia de la Estela de granito rosa dedicada al faraón Tutankamón que se expone en Abu Dabi y cuyo origen ha sido cuestionado por el profesor de la Universidad Paul-Valéry de Montpellier Marc Gabolde. El perfecto estado del monumento es “inusual para un rey cuyos edificios, a excepción de su tumba, han sido derribados a martillazos”, destacaba Gabolde en una sólida investigación de 47 páginas publicada en “Revue d’Egyptologie”, en marzo de 2020, así como confía en que sus colegas del Louvre hayan sido víctimas de la estafa, y no traficantes. El Louvre de Abu Dabi se hizo con el objeto mencionado en 2016 junto a otras cuatro piezas por un total de 15,2 millones de euros.

La tumba de Tutankamón
La tumba de Tutankamónlarazon

Ventas millonarias

A Martínez, que ha sido interrogado por los agentes de la Oficina central de Lucha contra Tráfico de Bienes Culturales, le reprochan que no mostrara especial vigilancia ante las incoherencias de los certificados de los cinco objetos adquiridos por Abu Dabi. Una noticia que cae como un mazazo en el Ministerio de Cultura, que en 2021 nombró a Martínez embajador para la cooperación internacional en el ámbito del patrimonio, y que trabaja en otros colectivos por la protección del patrimonio en zonas de conflicto.

Jean-Luc Martínez
Jean-Luc MartínezChristophe EnaAgencia AP

En el origen de la documentación de esta Estela se encuentra Christophe Kunicki, especialista de arqueología que fue imputado en junio de 2020 junto a su marido, Richard Semperont, en el inicio de esta investigación. Las pesquisas han salpicado ya a numerosas personalidades del mundo de arte en París, como la casa de ventas del empresario Pierre Bergé, fallecido en 2017, Bergé & Associés. A Kunicki, que trabajaba para Bergé, las autoridades le siguen la pista desde la venta en 2017 del sarcófago dorado de Nedjemankh vendido entonces al Museo Metropolitano de Nueva York por 3,5 millones de euros. Kunicki aseguró que la obra había salido de Egipto de manera legítima en 1971 pero una investigación probó que había sido robado durante el levantamiento contra el presidente Hosni Moubarak en 2011, y fue devuelto al país en 2019.

Graduado en la escuela del Louvre, Martínez obtuvo la Cátedra de Asociado de Historia en 1989. En 1997, se convirtió en conservador jefe de patrimonio en el icónico museo parisino, con delegación a esculturas griegas antiguas, así como entre 2007 y 2013 fue director del Departamento de antigüedades griegas, etruscas y romanas del Louvre. Con esto, pasó a presidir el templo artístico, con un objetivo en su mandato de hacer al Louvre un espacio “más generoso, justo y accesible”.