Historia

Así fue el regreso del Guernica a España hace 41 años

En 1981 se puso en marcha la llamada “Operación Cuadro Grande” que culminó el 10 de septiembre

El "Guernica", protegido, por un cristal y un Guardia Civil, a su regreso a España07/09/2021
El "Guernica", protegido, por un cristal y un Guardia Civil, a su regreso a España07/09/2021MUSEO PICASSO DE MÁLAGAMUSEO PICASSO DE MÁLAGA

El bombardeo de Gernica se produjo el 26 de abril de 1937 por la Legión Cóndor. Fue el primer bombardeo de la historia en el que una población civil fue atacada con el aparente propósito de producir su destrucción total. Gernica, capital cultural e histórica vasca, tenía antes del ataque una población de unas 7.000 personas, a las que habría que añadir un gran número de tropas que se retiraban para preparar la defensa de Bilbao y refugiados que huían del avance nacional. En ese momento no tenía ningún tipo de defensa antiaérea debido a las recientes bajas en la aviación republicana.

El escuadrón, al mando del teniente coronel Wolfram Freiherr von Richthofen, estaba formado por cuarenta y dos aviones Heinkel He-111, Dornier, Junkers y Messerschmitt. El ataque empezó a las cuatro y media de la tarde. Los bombarderos lanzaron una gran cantidad de bombas de 550 kilos, y más de tres mil proyectiles incendiarios de aluminio de 2 kilos sobre el casco urbano de la ciudad. Nunca ha llegado a haber cifras oficiales de víctimas, pero dada la magnitud del ataque, se estima que pudieron ser unos 1.654 los muertos. Así, para algunos, la cifra sería de unos 120 -por no poder probarse el resto- y para otros unos diez mil.

Para conmemorar y recordar lo que había pasado en Gernica, el gobierno de la II República española le encargó un cuadro a Pablo Ruíz Picasso. Este seria expuesto en el pabellón español durante la Exposición Internacional de 1937 en París. El gobierno republicano le pagó 150.000 francos a Picasso para que lo pintara. Poco después de conocerse la obra, se convirtió en un alegato contra las guerras y un símbolo de los movimientos pacifistas de todo el mundo.

El cuadro, de color gris, negro y blanco, mide 3,49 metros de alto y 7,76 metros de ancho. Retrata el sufrimiento causado por la violencia y el caos. En la composición destaca un caballo corneado, un toro, mujeres gritando, un bebé muerto, un soldado desmembrado y llamas.

En 1981 se puso en marcha la llamada “Operación Cuadro Grande”. El cuadro estaba en el Museum of Modern Art (MoMA) de Nueva York. El cuadro podría regresar a España cuando esta recuperara sus libertades. Esto es, por expreso deseo de Picasso, cuando Franco hubiera muerto y una nuevo forma de gobierno estuviera implantado en España. Hubo una serie de negociaciones, ya en democracia, para el regreso del cuadro. Estas se llevaron a cabo por Javier Tusell, director general de Bellas artes y Íñigo Cavero, ministro de Cultura.

Tanto las negociaciones como el traslado se hicieron en el más absoluto de los secretos. La “Operación Cuadro Grande” empezó el 9 de septiembre de 1981. Aquel día el MoMA cerró con normalidad. Richard Oldenburg -su director- llamó a los conservadores. Les ordenó que desmontaran y empaquetaran el cuadro. Le quitaron el bastidor y lo enrollaron. Todo este proceso se alargó hasta la madrugada. La primera parte de la “Operación Gran Cuadro” se realizó correctamente y sin ningún contratiempo.

Al día siguiente, 10 de septiembre, después de firmar toda la documentación necesaria para sacarlos del museo y entregárselo a las autoridades españolas, del MoMA salieron dos camiones rumbo al aeropuerto. Los escoltaba la policía de Nueva York. Se encontraron con un contratiempo. Una apagada general de luz había inutilizado los semáforos de la ciudad y esta estaba colapsada. Después de un largo viaje consiguieron llegar al aeropuerto John F. Kennedy. El cuadro fue introducido, con mucho cuidado, en la bodega el Boeing 747 Combi de la compañía Iberia, matriculado EC-DLD y bautizado con el nombre de Lope de Vega. Ese mismo 10 de septiembre el avión tocó tierra en el aeropuerto de Madrid-Barajas. Curiosamente el capitán del avión, en el momento de parar el avión, les comentó a los pasajeros que con ellos, en la bodega de la aeronave, había viajado el Gernica de Picasso.

En su momento, en 1968, el gobierno de Franco reclamó al MoMA la obra. No recibieron contestación, porque Picasso había expresado, en privado y públicamente, que mientras Franco estuviera en el poder, el Gernica nunca viajaría a España. En 1969, días después de unas declaraciones del director general de Bellas Artes, Florentino de Pérez Embid, publicadas en “Le Monde” en que se apuntaba a una posible vuelta del cuadro a España, el diario francés publicó una carta del amigo y abogado de Picasso, Roland Dumas, en la que establecía que el “Guernica” no volvería a España sino una vez restaurada la República.

El cuadro quedó custodiado en el Casón del buen Retiro de Madrid. El público español pudo ver, por primera vez el cuadro, en octubre de 1981. La gente lo pudo contemplar detrás de un crista antibalas y a cada extremo un guardia civil. Pocos años antes de su traslado, el 18 de febrero de 1974, el activista Tony Shafrazi desfiguró el cuadro con un aerosol de color rojo y la frase: “Kill lies all”. Nadie quería que en España ocurriera algo parecido. En 1992 el cuadro fue trasladado al Museo Reina Sofía. Junto al él se exhiben 45 bocetos en papel y lienzo, muchos de ellos preparatorios y otros creados con variaciones tras la conclusión del cuadro. Como dato curioso decir que el cristal antibalas no fue retirado hasta 1995.