"Azul y verde sobre negro' o cómo una mina de carbón se convierte en un lago artificial
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El Círculo de Bellas Artes acoge una muestra fotográfica sobre el mayor lago artificial de Europa, recientemente construido por Endesa en la localidad gallega de As Pontes sobre una vieja mina de lignito.
La Compañía diseñó este proyecto de rehabilitación con muchos años de antelación, basándose en el estudio de otras explotaciones mineras existentes en Europa. Se trata de la mayor mina a cielo abierto existente en España. El carbón obtenido ha servido para alimentar la central térmica de 1.400 MW que Endesa tiene en el municipio.
La mina llegó a tener una profundidad máxima de 288 metros, con una red de pistas cuya longitud total ascendía a unos 90 kilómetros. De ella se extrajeron, además del lignito, casi 700 millones de metros cúbicos de material estéril, que se apiló ordenadamente en la escombrera exterior del complejo, configurando una superficie total que supera las 1.200 hectáreas, con una altura de 160 metros sobre el suelo original.
Endesa inició los trabajos en la escombrera exterior a principios de los años 80. Su rehabilitación fue simultánea a la propia actividad extractiva. Este depósito artificial es el mayor que existe en España y configura también la mayor área restaurada de la minería de nuestro país.
El perfil de la escombrera se corresponde con el de una pirámide truncada y escalonada recorrida por un entramado de pistas de tierra que suma 50 kilómetros. Su restauración ha requerido realizar 6.000 análisis físico-químicos, agregar tres millones de metros cúbicos de tierra vegetal o estériles seleccionados, sembrar 130.000 kilos de semillas y plantar 600.000 árboles.
El avance de la vegetación ha propiciado la llegada de la fauna, en un proceso de colonización natural, lo que pone de manifiesto el éxito alcanzado con la flora. Un censo realizado por científicos de la Universidad de Santiago ha contabilizado 180 especies distintas de animales vertebrados.
Entre ellos se encuentran lobos, zorros, corzos, ciervos, jabalíes, nutrias, jinetas o comadrejas. Además se han localizado aves de muy difícil visualización en la Península Ibérica como el cernícalo patirrojo. Las labores mineras dejaron un gran hueco de 17,8 kilómetros de perímetro y más de 200 metros de profundidad.
Tras largos años de estudio sobre las posibles soluciones ambientales, se optó por convertir el hueco de la mina en un gran lago. El lago acumula 547 hectómetros cúbicos de agua y constituye un modelo de explotación sostenible y de buenas prácticas de responsabilidad social corporativa.
Para formar el lago, durante cuatro años han entrado en el hueco una media de 140 hectómetros cúbicos anuales, de los que el 63% procedía del río Eume, lo que ha aportado calidad a las aguas.
Además, desde un primer momento se han aplicado medidas preventivas tales como el sellado con arcillas de los afloramientos carbonosos o la restauración de las superficies emergentes. Asimismo, ha contribuido a la calidad del agua la construcción de humedales, así como la implantación de vegetación en las orillas.
Las orillas del lago están recubiertas con escollera que actúa de protección, no en vano se estima que puedan formarse olas de hasta dos metros de altura. En la orilla más próxima al casco urbano de As Pontes se ha construido una playa de suave pendiente y 30.000 metros cuadrados de superficie, que se reparten entre un arenal y una pradera.
La playa está recogida entre dos cabos, siguiendo un diseño de la Escuela de Ingenieros de Caminos de A Coruña. Cerca de la playa se yergue la isla de Santa Bárbara, que tiene una superficie de 10.000 metros cuadrados. El lago encierra todo un cúmulo de posibilidades que trascienden de lo meramente paisajístico.
Aporta múltiples oportunidades, desde los usos lúdicos o turísticos hasta los industriales y los energéticos, todas ellas compatibles entre sí.