El arte contemporáneo bebe de la fuente de los clásicos del Prado
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Se exhiben medio centenar de obras de artistas como Miquel Barceló, Eduardo Chillida, Luis Gordillo, Andreu Alfaro, Cristina García Rodero y Ouka Leele
Una exposición confronta desde hoy en la Fundación Godia de Barcelona el arte contemporáneo con sus maestros clásicos del Prado, un encuentro del que se exhiben medio centenar de obras de artistas como Miquel Barceló, Eduardo Chillida, Luis Gordillo, Andreu Alfaro, Cristina García Rodero y Ouka Leele.
La exposición, comisariada por el catedrático de Historia del Arte Francisco Calvo Serraller, reúne 50 obras de 24 artistas españoles de diferentes generaciones, estilos y técnicas, y se podrá ver en la Godia hasta el próximo 13 de mayo en conmemoración del décimo aniversario de los ciclos de conferencias del Prado en la fundación barcelonesa.
El viaje que propone la muestra tiene su origen en dos ciclos de conferencias organizados por la Fundación de Amigos del Museo del Prado en 1991 y 2007, el primero integrado exclusivamente por artistas masculinos de diferentes generaciones, desde Ramón Gaya hasta Miquel Barceló; y el segundo, formado por artistas mujeres, también de diferentes edades.
A todos los artistas participantes se les pidieron cuatro obras gráficas, todas del mismo tamaño, que surgieran de la inspiración personal de su recuerdo o su visita al Museo del Prado.
En la Fundación Godia se han juntado ambas iniciativas y el resultado es un conjunto que constata, a decir del comisario, "la inexistencia de fronteras entre el ayer y el hoy"y que "los buenos artistas no solo aman y buscan las mismas cosas sino que además se entienden entre sí porque utilizan un mismo lenguaje".
Si los artistas masculinos recurren con frecuencia a una interpretación abstracta de los clásicos, las mujeres artistas son recurrentes en la utilización de un lenguaje más realista y, al ser más contemporáneas, trabajan la obra gráfica desde un abanico de técnicas más amplio, que incluye la litografía, la serigrafía, el aguafuerte, la fotografía analógica y la fotografía digital e incluso la performance.
Velázquez y Goya son los dos artistas clásicos más citados en esta relectura contemporánea, especialmente el velazqueño lienzo de "Las meninas".
La respuesta a la invitación de la Fundación Amigos del Museo del Prado fue también variada; desde una interpretación libre del arte del pasado a través de un lenguaje muy propio, como hacen Antonio Saura con "Doña Jerónima de la Fuente"(Velázquez) y "El perro de Goya", o Eduardo Chillida, Eduardo Arroyo y Manuel Rivera.
En el resto de obras, el guiño al maestro es mucho más evidente en las obras de Andreu Alfaro, quien, partiendo de "Las tres gracias de Rubens acaba descomponiéndolas en un dibujo de tres columnas; o en Albert Ràfols-Casamada, que en sus aguafuertes y aguatintas "Mañana"y "Tarde"remite a las líneas y la luz de Villa Médicis de Velázquez.
Mucho más evidente resulta la cita que el ya desaparecido Ramón Gaya, el más veterano de los artistas que participaron en la iniciativa, hizo en su "Agua para una infanta"y "El príncipe Baltasar Carlos", grabados que el propio artista personalizó uno a uno, por lo que el encargo le llevó un año de trabajo.
En un plano más conceptual se sitúa la obra de Eva Lootz con sus fotografías de gallos, que tienen sobreimpresionado el nombre del virus de la gripe aviar, en una referencia inequívoca a las naturalezas muertas tan bien representadas en el Prado.
La fotógrafa Ouka Leele muestra el resultado fotográfico de la performance que realizó en las salas de la pinacoteca madrileña, que son una mezcla de danza, teatro, música, pintura y fotografía, y que para el espectador es como si la bailarina se hubiera salido literalmente de "Las Meninas"de Velázquez o de "El juicio de París"de Rubens.
La más joven de los artistas, Naia del Castillo, interpreta el cuadro flamenco "Santa Bárbara"de Robert Campin como si fuera vista a través de una mirilla circular y sitúa a un personaje actual leyendo frente a la santa, en la habitación burguesa original. Un resumen leal a ese diálogo entre antiguo y moderno, entre arte clásico y contemporáneo.