París

El Louvre: 220.000 obras evacuadas

La pinacoteca junto con el Museo d’Orsay, el Arsenal, la Biblioteca Nacional de Francia y el Grand Palais, todos a la orilla del Sena, activaron sus efectivos para adelantarse a una posible crecida, y ninguno abrirá sus puertas este fin de semana

Obras etruscas, griegas y romanas se han trasladado del sótano a la primera planta del Louvre ante la crecida del Sena
Obras etruscas, griegas y romanas se han trasladado del sótano a la primera planta del Louvre ante la crecida del Senalarazon

La pinacoteca junto con el Museo d’Orsay, el Arsenal, la Biblioteca Nacional de Francia y el Grand Palais, todos a la orilla del Sena, activaron sus efectivos para adelantarse a una posible crecida, y ninguno abrirá sus puertas este fin de semana

La ministra de Cultura gala Audrey Azoulay reunió ayer por la mañana en el Museo del Louvre al conjunto de responsables de las instituciones culturales afectadas por la subida de las aguas del Sena, y de las autoridades de la prefectura y del ayuntamiento de París. El objetivo era analizar la situación y decidir cuáles deben ser las primeras decisiones a tomar para hacer frente a posibles inundaciones, proteger las obras almacenadas en las reservas, y decidir qué medidas poner en marcha en caso de un empeoramiento de la situación.

«Hemos discutido y constatado ciertos daños en París, y muchos en el conjunto del territorio», comentó Azoulay al término de la reunión. Pero también había puntos positivos respecto a la la aplicación del Plan de Prevención contra el Riesgo de Inundación: «Los planes de puesta al abrigo de las reservas han funcionado», se felicitó la ministra, al mismo tiempo que saludó « la movilización intensa del personal directamente dedicado al arte del islam, y a todos los voluntarios» que se ofrecieron para echar una mano para trasladar las reservas. «De momento todo ha funcionado, pero seguimos expectantes porque no conocemos la evolución del nivel de subida del río, y hay sitios sensibles que pueden sufrir un cambio y afectar a otros establecimientos a lo largo del Sena».

En lo que respecta al museo del Louvre, lo primero que han hecho sus responsables es realizar un balance sobre la «priorización» en la evacuación de las obras. «Lo primero que hemos evacuado son las zonas más sensibles, las que están al borde del río», señaló Jean-Luc Martínez, director del Museo del Louvre. Esas zonas «sensibles» son el nivel bajo del Departamento de Arte del islam, las reservas de los departamentos de Antigüedades Griegas, Etruscas y Romanas, y el periodo copto de la colección de Arte Egipcio. «Son varios miles de obras» evacuadas en buenas condiciones. Martínez recordó que «desde 2002 nos preparamos para una externalización de las piezas, y por eso están ya condicionadas para ser desplazadas por los equipos del museo» en contenedores con ruedas que permiten un desplazamiento rápido.

Ayer, las salas y pasillos del Louvre estaban extrañamente desiertos. Los vigilantes se encontraban todos reunidos, sin público al que vigilar, mientras que las vitrinas de las salas del arte del Islam lucían totalmente vacías, y en la sala Mollien se acumulaban las cajas con obras de arte griego entre las estatuas griegas habitualmente expuestas.

Desde el año pasado, el Louvre construye un edificio en Liévin, en el Pas-de-Calais, cerca del Louvre-Lens, para poder almacenar todas sus reservas en un lugar seguro y definitivo, pero el proyecto no está finalizado hasta 2019.

Eso sí, Jean-Luc Martínez dejó claro que «ni las colecciones ni el Palacio están en peligro, y evidentemente el público tampoco », y no ha habido ninguna infiltración y, menos aún, inundación: «Hemos tomado la precaución de cerrar cuando el río estaba a 5,50 metros para disponer de tres días para proceder a la evacuación». Es el tiempo que se necesita para poder desplazar todo según el Plan de Prevención que ensayaron por última vez el pasado mes de marzo. Un tiempo precioso para acondicionar y trasladar a los pisos superiores las 220.000 piezas que se conservan en el subsuelo del museo. Ayer cada hora se iba realizando un balance de la situación para evaluar si se procedía o no a nuevos traslados. «Todo depende de la evolución del Sena», comentó el director del museo. Según los responsables del Louvre, decenas de empleados se ofrecieron la víspera para cooperar en la puesta a buen resguardo de las obras. Finalmente sólo trabajaron un centenar, divididos en dos turnos, porque el exceso de personal habría entorpecido la evacuación.

La situación es la misma a la hora de decidir una apertura del museo: será la evolución de la crecida la que marque la pauta a seguir. Es lo mismo que comentaba ayer el presidente del Museo d’Orsay, Guy Cogeval, para quien «el mayor peligro sería una infiltración de agua en la reserva, ya que podría dañar las colecciones que allí se conservan », que en cualquier caso son mucho menores que en el Louvre. Philippe Bélaval, presidente del Centro de Monumentos Nacionales, también estuvo presente en la reunión entorno a la ministra de Cultura. Bélaval se mostró confiado en cuanto a la situación de los monumentos parisinos «incluso los que están situados en la Ile de la Cité, y eso a pesar de que están rodeados de corriente». Pero la situación en la región de Centra-Val de Loire es bastante más preocupante.

Los castillos de Chambord, Azay-le-Rideau y Ferté-Saint-Aubin «presentan ya daños muy importantes, sobre todo las inundaciones de los jardines, que afectan en algunos casos al sistema eléctrico», comentó Azoulay, añadiendo que los daños no podrán ser realmente evaluados hasta que las aguas comiencen el descenso.

- Castillos muy dañados

En el castillo de Chambord, patrimonio mundial de la Unesco, han resultado dañados los circuitos eléctricos y el sistema de alerta de incendios, además de los parques. Uno de los diques del estanque del Perio ha cedido agravando las inundaciones, y las carreteras de los entornos están anegadas impidiendo el acceso, pero el edificio, que conserva una de las más bellas colecciones de tapices de Francia, parece haber superado la prueba de las aguas.

El castillo de Azay-le Rideau, joya del Renacimiento, edificado bajo el reino de Francisco I por un rico financiero es todo un símbolo del arte de vivir «a la francesa», y ha atravesado los siglos casi en su estado original. Sus jardines han quedado invadidos por las aguas del Indra, que los ha convertido en un gran lago, y aunque el castillo parece haber resistido bien, no tienen fecha de apertura porque los alrededores no son seguros para los visitantes. Los responsables del castillo se felicitan de que los arquitectos del renacimiento hubieran previsto este tipo de crecidas sobre elevando la parte baja del castillo. De esta forma « sólo se han inundado las cavas del castillo, y todas las colecciones han sido preservadas », indican en un comunicado.

La casa de Monet, en alerta

Con el paso de las horas, los meteorólogos anuncian que las precipitaciones se irán desplazando hacia el noroeste de Francia, lo que puede trasladar la amenaza hacia ciudades como la histórica Ruán (a la que Monet dedicó una bellísima serie centrada en la luz que incidía sobre su catedral) o el pueblo de Giverny, donde se halla la casa-museo del pintor Monet, que ya ha cerrado sus puertas ante la posibilidad de que las aguas crezcan más de los normal. La casa del artista se levanta en un maravilloso jardín rodeado de estanques en el que Monet pintó algunos de sus cuadros más bellos.