El museo está en la calle

Nada menos que cien metros de lona (por casi cuatro de ancho) que cubren la calle Almadén y se extienden hasta la de San Pedro de Madrid, en pleno Barrio de las Letras, una obra de arte heróica y que no tiene precedentes. La firma José Manuel Ciria y la iniciativa de sacar el museo a la calle ha sido de la galerista Blanca Soto que ha vivido una maravillosa pesadilla hasta que lo ha visto en pie. Una trailer al inicio de la vía ha estado durante cuatro días colocando la tela. Y tela ha tenido el montaje, pues no se trata únicamente de hacer de esta pieza una obra artística (que tiene microperforaciones para que el agua se pueda filtrar y no se acumule), sino que se han intervenido fachadas, ventanas, puertas de garaje y persianas con las obras del artista. Es decir, que usted camina por debajo y puede ir mirando a ambos lados de la calle como si de la visita a una galería, techada y en vía pública, eso sí, se tratase. Hasta los bolardos han mutado su fisonomía y las señales de tráfico de prohibido tiene un no sé qué que las hace distintas.

Y para que todo quedara exactamente igual que antes de la exposición, fianza al Ayuntamiento mediante, han sido recubiertos con tela y cartón. Las fachadas, cuando se descuelgue, volverán a ser lo que eran. A pesar de las noches sin sueño que ha podido vivir Blanca Soto, la original idea reforzará, a buen seguro, la vida del barrio. Por cierto, la exposición continúa en el interior de la galería. Según se puede leer en la web de la galería, “la propuesta de Ciria se enfoca en una reflexión poética y filosófica de la Ataraxia, un concepto que por años han tratado de definir diversas corrientes de pensamiento.

Es la ausencia de la turbación, un estado de serenidad y tranquilidad. Un orden de equilibrio sin perturbación en correspondencia con la razón, los sentimientos y el alma”. Todo queda en la calle.