Gauguin, omisiones y polémica en una retrospectiva en Oceanía
La National Gallery de Australia aborda la figura del artista francés entre el reconocimiento de sus conductas sexuales y la demanda de más contundencia sobre su figura
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Su nombre está, inevitablemente, asociado a la polémica. La obra del pintor postimpresionista Paul Gauguin ha sido fruto de una revisión a la luz de su conducta sexual. La temática primitivista que tanto fascinó a finales del siglo XIX choca de lleno con su biografía, culpable de matrimonios con menores de edad y su imagen de "turista sexual" y de "explotador occidental" en la Polinesia, donde retrató escenas de un Edén remoto. Una gran retrospectiva en Oceanía, en la Galería Nacional de Australia, se enfrenta al artista y su obra, reconociendo estas conductas hoy inaceptables pero, al mismo tiempo, pasando de puntillas por ellas. Una exposición que sigue sin resolver la gran pregunta en los tiempos de la cancelación: ¿qué hacemos con Paul Gauguin?
La institución abre la gran retrospectiva del pintor francés, con más de 150 obras de primer orden en su trayectoria, con una mirada crítica haciendo alusión al contexto histórico. Su título es "El mundo de Gauguin: Tona Iho, Tona Ao", que arranca con autorretratos y estudios de su técnica, aspectos que aplazan el debate de fondo. La pinacoteca australiana ha llevado a cabo distintas iniciativas para "explicar" su biografía y para alternar los mensajes que van de la celebración de su obra a la ambivalencia acerca de su figura o la polémica trayectoria del pintor, enfermo de sífilis y que contrajo matrimonio con una menor de 13 años.
Museos a lo ancho del mundo han llevado a cabo una revisión de sus colecciones y un cuestionamiento de artistas y obras desde la atalaya del siglo XXI. El Museo Thyssen, sin ir más lejos, acaba de inaugurar una exposición en la que lleva a cabo un "examen de conciencia" con las obras susceptibles de estar cargadas de valores del pasado que no son aceptables en el presente. Curiosamente, en esa exposición, una pieza de Gauguin, el "Mata mua", quedó fuera de la expiación de los pecados a las que se sometieron otras piezas de la colección madrileña.
En Australia, como la metrópoli occidental de Oceanía, el examen de conciencia tiene un doble valor simbólico. Dos salas de la nueva exposición se dedican a la obra del pintor francés en la Polinesia francesa. Y es en esa parte en la que algunas voces han reclamado más contundencia a la hora de examinar la conducta "depredadora" de Gauguin, más allá del parnaso pictórico que presenta a los habitantes como objetos de seducción o de inocencia. Sin embargo, los textos que acompañan a la muestra no demuestran una crítica explícita, sino que dejan al espectador los juicios. Asíq eu la pregunta permanece: ¿qué hacemos con Gauguin?