Solo se ha expuesto dos veces

Sale a subasta el retrato que Francis Bacon hizo de su amante suicida, George Dyer

Sotheby's saca a la venta el lienzo, uno de los más apreciados y de mayor carga psicológica que creó el artista y que solo ha sido expuesto al público dos veces

Imagen de "Study of George Dyer", 1970, de Francis Bacon
Imagen de "Study of George Dyer", 1970, de Francis BaconSotheby's

Se trata de uno de los cuadros más trascendentes de la vida de Francis Bacon y uno de los más apreciados por el atribulado pintor. Se trata del retrato que realizó del gran amor de su vida, George Dyer, una obra de pequeño formato que encierra una historia truculenta, porque fue seleccionado por el propio artista para la inauguración de su primera gran retrospectiva en el Grand Palais de París en 1971 pero, apenas un día antes del que iba a ser su gran momento como pintor, Dyer fue hallado muerto por una sobredosis de somníferos combinados con alcohol en la habitación que compartía con el artista.

La pintura fue adquirida desde el primer momento por la galería Marlborough de Londres y desde entonces solo ha sido expuesto al público en dos ocasiones. La emblemática cita del Grand Palais en 1971 y una exposición en la propia galería en 1993. Por la importancia de la obra y el tratamiento psicológico que hace del sujeto, como es habitual en Bacon, está considerada como una de las obras más especiales del artista y podría alcanzar entre los 5 y los 7 millones de euros.

Y es que el retrato contiene los contrastes de una historia de amor tempestuoso, marcada tanto por la pasión y el romanticismo como por la violencia y el conflicto. Y, sin embargo, los expertos no dudan de que Dyer fue el gran amor de la vida de Bacon, cuya muerte le produjo un shock paralizante. La prueba de ello es que el pintor realizó decenas de estudios sobre el rostro de su amante, al que retrata hasta en 40 ocasiones, pero solo dos veces lo hace con nombre y apellidos, lo que convierte a la pieza a subasta en “extraordinaria”, según la casa de apuestas.

Posteriormente, Bacon pintó los “trípticos negros”, a mediados de la década de los setenta, en el que evoca la figura de su amante fallecido, y que está considerado uno de las cumbres de su obra. Su fallecimiento fue un trauma para el pintor justo antes de la que se suponía que debía ser su gran día, ya que, antes que él, solo Picasso había logrado en vida una exposición en el Grand Palais parisino. Picasso era el héroe pictórico de Bacon. La exposición siguió adelante pero el trauma anidó en el corazón de Bacon.