La tumba de la Dama de Baza reaparece en buen estado 44 años después
Junto a ella también han aparecido una urna funeraria con los restos de un niño y un crematorio
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La Dama de Baza es una escultura íbera de la primera mitad del siglo IV a.C., descubierta el 21 de julio de 1971 por el equipo del arqueólogo Francisco José Presedo Velo. La talla representa una mujer de la aristocracia de la ciudad de Basti, en la actual Baza en Granada, venerada mediante un destacado ritual funerario.
La tumba número 155 de la necrópolis de Cerro Santuario, donde se encontró, no fue destruida como se ha creído durante 44 años. El arqueólogo Alejandro Caballero la ha redescubierto y se encuentra en buen estado. Solo le falta un metro de muro en la parte norte de la misma, a espaldas de la escultura.
La tumba está siendo estudiada de nuevo, ya que hasta ahora apenas existían dos dibujos realizados a plumilla y tres o cuatro fotos. A la sorpresa del hallazgo se una la aparición, en una estructura un poco superior y de una época diferente a la Dama de Baza, de una pequeña vasija funeraria en cuyo interior se han encontrados restos de un niño.
Junto a la tumba también hay un crematorio, algo que según Alejandro Caballero era muy habitual en las necrópolis iberas. Los especialistas ya están estudiando los nuevos hallazgos que aportarán nueva información sobre la tumba y la propia necrópolis, a la vez que se evidencia la necesidad de realizar excavaciones sistemáticas pues el yacimiento, pese a ser expoliado durante décadas, aún puede arrojar mucha información.
Estos últimos hallazgos son de gran interés científico y se han logrado gracias a los trabajos de conservación que el Ayuntamiento de Baza está realizando en los yacimientos arqueológicos de la ciudad ibera de Basti y en la necrópolis de Cerro Santuario, para hacerlos accesibles mediante senderos a pie que recorrerán el asentamiento. Contarán con señalización y puntos de observación que permitirán a los visitantes comprender mejor cómo vivía la población bastetana hace más de 2.500 años.
Cerro Santuario, donde apareció la Dama de Baza y otras muchas tumbas, es propiedad de la familia Duran Farrel, que fue quien costeó las excavaciones hace 44 años. El Ayuntamiento y la familia del ya fallecido mecenas mantienen un convenio de cesión por diez años y una fluida relación por si alguna vez los ajuares o parte de ellos pueden regresar a Baza, de forma temporal o definitiva. Las excavaciones tuvieron lugar entre 1968 y 1971 gracias una normativa antigua que permitía que la persona que subvencionase los trabajos se podía quedar con una parte del material arqueológico encontrado. Eso es lo que provocó la gran polémica sobre la Dama de Baza, aunque la pieza acabó en el Museo Arqueológico Nacional.
En 2005 se anunció que la Dama de Baza, la escultura ibérica del siglo IV a. C, saldría temporalmente del Museo Arqueológico Nacional para volver a la localidad donde fue descubierta en 1971 y exhibirse en el museo bastetano en una exposición prevista para 2007. La pieza sí se movió, pero sólo unos metros, hasta los almacenes del museo madrileño, donde estuvo custodiada mientras se remodelaba. La Dama de Baza volvió a aparecer ante los visitantes tal y como era cuando fue descubierta por Francisco Presedo en 1971 después de pasar más de 2000 años enterrada. Pero, además de la estatua ibérica, el museo exhibió más de un centenar de piezas procedentes de Granada, muchas de ellas del Cerro del Santuario de Baza.