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«Ártico» trae a la Berlinale un homenaje al cine social español de los 80

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El realizador español Gabi Velázquez aterrizó en la Berlinale con su película "Ártico", un homenaje al cine social español de los años ochenta, que narra la historia de dos macarras en el entorno rural de un pueblo salmantino.
"A mí, siempre me ha atraído el cine quinqui de los ochenta, todas esas películas de Eloy de la Iglesia o 'Deprisa, deprisa' (Saura)", señaló a Efe Velázquez, que también se refirió a sus recuerdos de infancia, para construir esta historia sobre unos "robin hoods"de la marginalidad.
La cinta de Velázquez, presentada en la sección Generation, retrata la vida de Simón, padre prematuro y con una esposa, y Jota, en proceso de tener un hijo, dos jóvenes marginales provenientes de familias desestructuradas, que dedican su tiempo a robar cerdos y caballos, mientras coquetean con el crimen organizado.
Estos personajes, interpretados por Víctor García y Juanlu Sevillano, mantienen una relación de poder con sus parejas, originando un vínculo basado en el machismo y los celos, dentro de una sociedad rural donde perviven los roles de género de épocas pasadas.
"Eso pasa. Ahora los chavales jóvenes con los teléfonos móviles se están volviendo muy celosos y machistas con las novias, controlándolas al milímetro", contó Velázquez.
Para retratar esta realidad, donde la violencia es la razón de ser de estos personajes, que deambulan por los márgenes de la marginalidad social, el director buscó a sus protagonistas en un centro de menores de Salamanca.
Ante la cantidad limitada de diálogos, Velázquez quiso utilizar como hilo conductor la música, mezclando folclore salmantino, flamenco y "punk".
El director salmantino también realiza con su cinta un homenaje a los lugares de su infancia. "He querido retratar mi ciudad de una manera muy bonita", apuntó Velázquez, en una película "rodada íntegramente en Salamanca, menos dos escenas en Zamora", de donde proviene su madre, para crear un mosaico de entornos que el director recorrió "toda la vida".
Este homenaje se hace evidente mediante el uso de grandes planos panorámicos en los que los personajes parecen perderse en medio de entorno inmensos donde el paisaje es el elemento principal.
"Quería crear bodegones de cine negro, con un encuadre precioso", manifestó Velázquez, que también expresó que su intención era que la historia "transcurriese dentro del cuadro, como si fuese una pintura de Hopper".