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Nueva York

Bacon, el autor más caro del mundo

Su tríptico sobre Lucien Freud bate «El grito» de Munch y se vende por 142 millones de dólares

«Tres estudios de Lucien Freud», de Francis Bacon
«Tres estudios de Lucien Freud», de Francis Baconlarazon

La venta empezó con veintisiete minutos de retraso. La sala era un no parar de gente. Antes de comenzara la velada, el subastador sabía que iba a ser una gran noche. Y así lo expresó al dar la bienvenida a los compradores. Era el principio. El nombre favorito para romper récords era Jeff Koons. Pero, algo hizo pensar desde el comienzo que la velada iba a ser de Francis Bacon y los tres estudios de Lucian Freud después de que Christie's decidiese mover este lote del 32 al nímero 8 debido al interés que los compradores mostraban por este trabajo del artista. Esta pieza, además, fue la única que se pudo ver en la gran sala de la galería. Una de los trabajos más icónicos del polémico artista, que sirve para unir a dos de los mejores pintores figurativos. Fue ejecutada 25 años después de que Bacon y Lucien Freud se conocieran. Y, durante la venta que se remató ayer se convirtió en el cuadro más caro del mundo vendido en subasta. La puja fue una escalada constante de precios, bien desde las personas que se encontraban en sala como desde el teléfono. Desde que se dio salida a esta puja, en el ambiente se intuía que se batía el récord del mundo y al final se consiguió: 127 millones de dólares que pagó un comprador que pujaba por teléfono (con la comisión de la casa de subastas, el precio final fue 142,405 millones). Batía así el récord de «El grito», de Edvard Munch, que se vendió por 119,9 millones de dólares.

El equipo de Christie's quiso colocar el lote 12 de Jeff Koons «Balloon Dog (Orange)» en la entrada principal de la sede de la casa de subastas la lado de la plaza del Rockefeller Center, cuyo precio de venta se estimó entre 35 y 55 millones de dólares. El presidente y jefe Internacional de Arte de Posguerra y Contemporáneo Brett Gorvy anticipó antes de la venta de que «estamos al principio de algo muy grande. Ha llegado la globalización. Tenemos compradores de todo el mundo», reconoció antes de la subasta. En el tablero de monedas que guiaba las pujas, se escribieron siete diferentes: el dólar, el euro, la libra estrelina, el franco suizo, el yen, el dólar de Hong Kong y el rublo. El récord lo tenía el propio Jeff Koons cuando se vendió en el transcurso de noviembre pasado, en la misma galería, su obra «Tulips» por 33,7 millones de dólares. El lote de Jeff Koons se puso en pocos minutos en 52 millones de dólares. El precio final, con la comisión de la casa de subastas que paga el mismo comprador, fue 58, 405 millones.

Como antes

La sala recordaba ayer a las subastas que se organizaban antes de 2008, cuando cambió el mundo el 15 de septiembre con la caída en Nueva York del banco de inversión Lehman Brother's. Entonces, esta galería y Sotheby's vieron ese noviembre cómo sus compradores no pujaban por las obras que les habían enseñado meses antes. El presidente de Sotheby´s´, David Norman, indicó una de esas terribles noches impotente a LA RAZÓN: «Imprimimos el catálogo (de la subasta) en verano cuando el mundo era diferente». En cambio, ayer la sala se llenó en el apartado reservado a los compradores y a la prensa. Incluso se repitieron las viejas escenas de curiosos que intentaban colarse ávidos de ver alguna de las piezas mientras el personal de seguridad les preguntaban por la entrada que no tenían. También, acudieron periodistas de televisión que no suelen seguir estas ventas. Pero, «el perrito» de Koons les llamó mucho la atención. El color. La historia. La estimación.

Otra de las grandes piezas de la noche fue el lote 27 de Andy warhol «Coca-cola (3)», cuya estimación se fijo entre 40 y 60 millones de dólares. «Es unade las grandes piezas del principio del artista que definen la generación Pop. Esta obra de calidad de museo ha sido una de las más importantes de Warhol durante casi dos décadas», recordó Gorvy. De Warhol, también destacó el lote 61, «Mercedes-Benz W 196 R grand Prix Car (Streamlined Version, 1954)». De la Colección Daimler, se ejecutó en 1986 con unas dimensiones de 407,6 x 457,5 centímetros con motivo del centenario del automóvil. Estimado entre 12 y 16 millones de dólares, destaca además por ser uno de las últimas obras que realizó el artista. Mientras, también destacó el lote 31 de Louise Bourgeois «Spider IV», estimado entre 5 y 7 millones de dólares, el 37 de Willem de Kooning «Untitled VIII», estimado entre 20 y 30 millones de dólares o el lote 38 de Cy Twombly «Untitled».