Bernard Tschumi: de la arquitectura al cuerpo, el movimiento y el contexto
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El artista franco-suizo Bernard Tschumi, teórico, pedagogo y figura internacional de la arquitectura, expone sus proyectos y sus reflexiones sobre el cuerpo, el espacio y la ciudad en una retrospectiva que abrió hoy sus puertas en el Centro Pompidou.
Tschumi que comenzó en 1982 su carrera constructora con el parque de la Villette de París, inaugurado en 1998, y que ha regado numerosos países con sus obras y proyectos, acaba de inaugurar también en París una de sus últimas creaciones el Zoo de Vincennes.
Alrededor de 400 dibujos, croquis, collages, maquetas inéditas, vídeos, diaporamas, fotografías y documentos, componen la mayor exhibición organizada en Europa sobre este arquitecto que obtuvo su diploma en Zúrich en 1969 y que desde 1976 vive y trabaja entre París y Nueva York.
Hasta el próximo 28 de julio, el Centro Pompidou presenta una treintena de sus proyectos en Europa, Estados Unidos, Asia y Oriente Medio, así como sus primeros análisis y las célebres transcripciones neoyorquinas del movimiento y la acción en el espacio, método de notación que ideó en su primera etapa profesional, concentrado en la reflexión teórica y la enseñanza.
De ahí que desde finales de los años setenta definiese la arquitectura no desde el punto de vista del estilo, sino a partir de argumentos conceptuales cuyo origen encontró en el cine, las artes plásticas, la literatura o la filosofía.
En una entrevista con Efe, Tschumi subraya que la exposición "intenta responder a una cuestión muy simple: qué es la arquitectura, pero la arquitectura a partir del movimiento del cuerpo en el espacio", no la arquitectura de los metros cuadrados o de la política, sino la que es mucho "más inmediata", a la vez concepto y experiencia.
Su trayectoria, plasmada aquí en un recorrido cronológico y temático, comienza con la pregunta "qué es la ciudad hoy y qué es la acción, el acontecimiento, respecto a la arquitectura", a la que Tschumi responde que "no hay espacio sin que pase algo", aunque, recuerda, "eso sigue siendo abstracción".
Más tarde, entre 2001 y 2008, descubre "algo muy importante"al construir el Museo de la Acrópolis en Atenas, subraya.
Se refiere a "la noción de contexto"y a la imposibilidad de hacer arquitectura "solo con ideologías o abstracciones independientes de las circunstancias", pues "las condiciones, el sitio, pueden desempeñar un papel extraordinario en la manera de concebir un proyecto".
La retrospectiva, que escenografió él mismo, va desde aquellos primeros años en Nueva York hasta la concreción de sus ideas en proyectos reales.
Cita en particular su impresionante Parque de la Villette, tras ganar para su sorpresa el primer gran concurso al que se presentó, cuando decidió que había llegado el momento de empezar a construir, el Zoo recién estrenado y, muy especialmente, ese Museo ateniense, que es también el proyecto que le dio "mayor placer"construir.
Entre los múltiples proyectos clave en la carrera de este arquitecto que se quiere ajeno a todo estilo y etiqueta figuran Le Fresnoy Studio Nacional de las Arte Contemporáneas (1991-1997), en Tourcoing (noroeste francés); la sede internacional de la manufactura relojera Vacheron Constantin, en Ginebra; o las gigantescas salas francesas de conciertos Zénith (2003-2007) en Limoges y Rouen (1998).
La Torre de Azul (2001) y el Museo de Artes Africanas de Nueva York (2000), la Ópera Nacional de Tokyo, en 1986; el Museo de Arte Contemporáneo de Sao Paulo (2001), en Brasil; son otros de los valiosos proyectos de este profesor de la Universidad de Princeton entre 1980 y 1983, que fue decano de la Universidad de Columbia en Nueva York de 1988 a 2003.