Buscar Iniciar sesión

Bolaño, el escritor salvaje

Su vida en fotografías; su obra en libretas, cuadernos e incluso servilletas. Barcelona recuerda al autor a los diez años de su muerte. Dónde: Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona. Montalegre, 5. Cuándo: hasta el 30 de junio. Cuánto: 6 euros.
larazon
  • Víctor Fernández está en LA RAZÓN desde que publicó su primer artículo en diciembre de 1999. Periodista cultural y otras cosas en forma de libro, como comisario de exposiciones o editor de Lorca, Dalí, Pla, Machado o Hernández.

Creada:

Última actualización:

En su tarjeta de visita se calificaba como «poeta y vago». El próximo 15 de julio se conmemorará el décimo aniversario de la muerte del escritor chileno Roberto Bolaño, convertido sólo una década más tarde en un fenómeno editorial en todo el mundo con una de las obras literarias más penetrantes y elogiadas de la narrativa contemporánea. Desde ayer, el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) presenta un completo y exhaustivo acercamiento al universo del autor de «Los detectives salvajes» y «2666», a partir de una primera visita a su archivo personal (14.374 páginas originales, 84 libretas entre su material sin publicar) en el que todavía existe un importante número de textos inéditos. La muestra se estructura a partir de las tres últimas ciudades en las que vivió y trabajó, cada una significativa respecto a la trayectoria del escritor: Barcelona, Gerona y Blanes. El recorrido expositivo, comisariado por Valérie Miles y Juan Insua, permite conocer cómo era su laboratorio e incluso ofrece al visitante poder leer alguno de los numerosos inéditos que están pendientes de publicación.

La punta del iceberg

Carolina López, la viuda del autor, explicó ayer que en el archivo de Bolaño se conservan, junto con los originales de su obra conocida, varios trabajos que aún no han visto la luz. En total se trata de 26 cuentos –entre ellos los titulados «Sepulcros de vaqueros», «Comedia del horror de Francia», «Dos señores de Chile», «Corrida» o «Vuelve el Man a Venezuela»–, cuatro novelas, poesías, borradores, cartas y escritos de vida. «Mi intención no es publicar estos inéditos a corto plazo, porque primero hay que realizar una lectura profunda de ellos. Antes es importante que se traduzcan sus libros», comentó López, quien ha dejado por primera vez que el archivo de Bolaño se abra al público. La parte que se recoge en esta muestra es, en palabras de López, solamente «la punta del iceberg».
La exposición invita a quien la recorre a convertirse, parafraseando al escritor, en «un detective salvaje», un explorador de un universo apasionante que se abre con la llegada de Bolaño a la Barcelona de 1977. Situémonos: es el momento en el que se instala en un piso de la calle Tallers, sobrevive con trabajos precarios, circunstancia que no lo desanima a la hora de construir su carrera literaria. Su experiencia como inmigrante chileno en la capital catalana de los primeros años de la Transición la vuelca en poemas, relatos y diarios; al mismo tiempo comienza a adentrarse en la vida cultural barcelonesa. La muestra recoge algunos de esos documentos, además de fanzines y sus primeros encuentros con Antoni García Porta, con quien escribiría a cuatro manos «Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce», el debut literario europeo del escritor como novelista.
A partir de 1980, Bolaño hace las maletas y cambia de ciudad. Su siguiente escala es Gerona, donde desarrolla parte de lo ya escrito, además de estructurar sus primeras novelas. Estamos ante un Bolaño que se aísla y que ensaya un estilo por el que luego será conocido, una pasión por la literatura que camina de la mano de su afición por los juegos de estrategia –alguno de ellos también presentes en esta muestra–. Intenta abrirse un hueco en el mundo de las letras y se presenta a todos los premios literarios de que es capaz, en bastantes ocasiones sin suerte. Todos esos materiales se pueden ver en vitrinas ahora, especialmente sus libretas con una caligrafía legible a tinta azul o lápiz, en las que no faltan los dibujos.
Blanes será su último hogar. En la población de la Costa Brava, donde su madre regenta una tienda de bisutería en la que trabajará, seguirá teniendo la escritura como eje de su vida. Aquí están los manuscritos originales de algunos de los textos fundamentales de ese tiempo. Entre ellos destacan «La literatura nazi en América», «Los detectives salvajes» –con la que gana en 1988 el Premio Herralde de Novela– o la póstuma «2666», la obra que lo consagra internacionalmente. El CCCB también nos ayuda a conocer el día a día de trabajo de escritor: ahí están el teclado de un ordenador, imágenes de sus encuentros con escritores como Vila-Matas y Cercas e, incluso, sus gafas. Queda todavía un mundo por conocer, como subrayó Carolina López, quien no descarta que puedan localizarse aún más inéditos. Por ahora lo seguro es que, tras su paso por Barcelona, la exposición viajará a la Casa del Lector de Madrid y a Estados Unidos.
El detalle
LA CIENCIA-FICCIÓN EN VERSIÓN CHILENA
La exposición tiene en los cuadernos de Bolaño uno de sus principales atractivos. Se recogen las tres libretas de la novela «El espíritu de la ciencia-ficción» (en la imagen), escrita en 1984 (en total se exponen 84) y que dedicaba a Philip K. Dick. En el manuscrito inédito «El amigo berebere», podemos ver las variantes de un texto que empieza con las palabras: «El mejor jardín es el jardín de la amistad».