Rock

«Bowie Estaba muy enfermo, pero no faltó a los ensayos»

El fotógrafo Jimmy King fue el encargado de tomar la última fotografía al cantante. La colgó el pasado día 8 de enero
El fotógrafo Jimmy King fue el encargado de tomar la última fotografía al cantante. La colgó el pasado día 8 de enerolarazon

El director del musical «Lazarus», Ivo van Hove, desvela cómo fueron los últimos meses en la vida del artista, que estuvo muy pendiente de la gestación del musical de Broadway.

La conmoción causada por la inesperada muerte de David Bowie contrasta con la batalla personal que el artista londinense quiso afrontar para dejar preparado un legado imperecedero antes de su partida. Quizá consciente de la gravedad del cáncer que acabó con su vida 18 meses después de que se le hubiera diagnosticado, el Duque Blanco focalizó todas sus fuerzas para culminar sus últimos trabajos al tiempo que intentó ocultar su delicado estado de salud. Sus esfuerzos fueron tales que ni siquiera gran parte del equipo que participó en la preparación del musical «Lazarus», estrenado en Nueva York el mes pasado, era consciente de que el cantante se hallaba inmerso en una lucha contra el tiempo.

Su director, no obstante, sí lo sabía. Ivo van Hove se encargó ayer de arrojar algo de luz sobre los últimos meses de un autor que valoraba su privacidad tanto como la ejecución de su obra. Bowie siempre había mantenido un férreo control sobre la información alrededor de su figura y, si bien siempre había permitido alimentar la rumorología, su estrategia estaba planeada al milímetro.

Su puntillosa disciplina como artista lo llevó a asistir a tantos ensayos como pudo, a pesar de encontrarse, según contó Van Hove al diario británico «The Times», «muy enfermo a veces y en pleno tratamiento». Quien sería uno de sus últimos colaboradores confirmó que el cáncer que padecía era de hígado, lo que llevó al influyente músico británico a proponer «trabajar juntos intensamente durante un año». «David me dijo: ‘‘quiero que sepas que si no puedo estar ahí, por qué es”», una justificación que, a medida que avanzaba su cooperación profesional, fue necesaria, puesto que «hacia el final, estaba muy débil físicamente y con pocas fuerzas, aunque no mentalmente».

Personaje de película

Su determinación creativa le permitió sobrellevar las largas jornadas de preparación e, incluso, comparecer en el estreno de «Lazarus», celebrado en el New York Theatre Workshop el 7 de diciembre, una cita que granjeó críticas positivas al musical, inspirado en el personaje de Thomas Newton que Bowie había encarnado en la primera de las muchas películas en las que intervendría a lo largo de su prolífica carrera, «The Man Who Fell on Earth», de Nicolas Roeg.

Pese al éxito, la extenuación de Bowie era extrema y, tras recibir el aplauso de un público que ignoraba que estaba ante una de sus últimas apariciones, el cantante se desplomó en un asiento nada más abandonar el escenario. El director reconoció que, en ese momento, fue consciente de que «sería probablemente la última vez que lo vería», si bien la ilusión del artista semejaba permanecer completamente intacta. «Hagamos la segunda parte», le propuso, con una «energía mental» que todavía continuaba, a pesar de que «sentía un profundo miedo».

Con el mismo entusiasmo se enfrentó a su última sesión de fotos, la realizada por Jimmy King, amigo y también su retratista oficial. La imagen se colgó en su cuenta de Instagram hace apena cinco días, coincidiendo con su 69 cumpleaños. El artista aparece sonriente, con sombrero y un elegante traje color marengo. De hecho, Bowie fue carne de objetivo casi desde el mismo momento en que se dio a conocer. Sus sesiones para Brian Duffy han quedado como un icono y su imagen con un rayo que le cruza la mitad de la cara ha dado la vuelta el mundo nuevamente desde el lunes, día en que murió. No en vano, el cantante era consciente de la gravedad a la que se enfrentaba y de que el final de su vida estaba cerca y, frente a su intento de ocultarla desde un punto de vista personal, permitió que su obra la reflejase. Su último disco, «Blackstar», publicado tan sólo 48 horas antes de su muerte en Nueva York, contiene reveladoras letras como las del tema «Lazarus», que el artista quiso abrir con un profético «Mírame, estoy en el cielo». De hecho, el vídeo musical lo muestra con los ojos vendados en su propio lecho de muerte.

El de la canción que le da título al álbum, por su parte, muestra a un astronauta que yace en un paisaje lunar, en lo que muchos han leído una referencia al final de uno de los personajes recurrentes de su discografía, el Major Tom que dio a conocer al mundo en 1969 con «Space Oddity». Su influencia, con todo, fue más allá de la música, por lo que los homenajes se han repartido desde esferas tan dispares como la política, la religión y, por supuesto, la moda, una industria a la que Bowie contribuyó durante décadas, no sólo anticipándose, sino marcando tendencia, como evidenció la exhibición organizada por el Victoria and Albert Museum en 2013. La muestra registró la venta de entradas más acelerada de la historia del museo londinense, donde se expusieron más de 60 trajes lucidos por Bowie durante una trayectoria que lo llevó a ser conocido como El Camaleón, desde el icónico mono del inolvidable Ziggy Stardust, obra por Freddie Burretti, al abrigo con la Union Jack británica que el cantante ideó junto al prestigioso diseñador Alexander McQueen para la portada del disco «Earthling».

En el número uno

La «bowiemanía» se ha desatado y los 25 álbumes de la discografía del cantante británico se han colado en el top 100 de la página de venta de música por internet de Apple iTunes. «Best of Bowie» conseguía destronar tras semanas en lo más alto al nuevo trabajo de Adele «25» sólo horas después de su muerte.Su quinto disco, «The Rise and Fall of Ziggy Stardust», se encuentra en el número tres de ventas, seguido de «Purpose», de Justin Bieber, y al que ya sigue otro álbum de Bowie, «Hunky Dory». También en el ranking de sencillos, tres canciones míticas del artista: «Space Oddity» (en el número 3), «Changes» (8) y «Let’s Dance» (9), se han colado en las diez canciones más vendidas. Más allá de iTunes, también en Amazon, su último álbum es el número uno en ventas tanto en formato CD como vinilo. Los pedidos de sus películas, como «Laberynth» (1986) o «Feliz Navidad, Mr. Lawrence» (1983) se han incrementado.

Los Brit Awards, los premios musicales más prestigiosos de la escena británica, aprovecharán la cita del próximo mes para rendir homenaje a «la extraordinaria vida y obra de uno de los grandes iconos», según avanzó el lunes su presidente. Precisamente los Brit Awards reconocieron su contribución como mejor artista masculino en la edición de 2014, en la que fue premiado tras un silencio de una década con el álbum The Next Day. Bowie, sin embargo, no acudió a recogerlo y, en su lugar, envió a la modelo Kate Moss ataviada con el mítico traje de Ziggy Stardust.