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Cien años de aviación: Cuando volar en España era una gesta

El Círculo de Bellas Artes repasa en una exposición la historia del vuelo comercial en España y cómo los avances tecnológicos en la aviación cambiaron y marcaron al país

Un Ford 4 repostando combustible, 1932
Un Ford 4 repostando combustible, 1932larazon

El Círculo de Bellas Artes repasa en una exposición la historia del vuelo comercial en España y cómo los avances tecnológicos en la aviación cambiaron y marcaron al país

Cuando el «Guernica» aterrizó en Madrid el 10 de septiembre de 1981 el entonces ministro de Cultura, Íñigo Cavero, afirmó: «Hoy regresa el último exiliado». Habían pasado cuatro años desde las primeras elecciones democráticas en España y 42 desde que la obra maestra de Picasso partiera para Nueva York, donde estuvo custodiada por el MoMA. Tras meses de negociaciones con el Gobierno español, el museo estadounidense descolgó el cuadro sobre las seis de la tarde del 9 de septiembre y lo preparó para su viaje al día siguiente a bordo del Jumbo «Lope de Vega» de Iberia que lo trajo hasta Madrid. «Se trata de un hito en el restablecimiento de la normalidad democrática en España», explica Ángel Sánchez Serrano, comisario de la exposición «¡Volar!: 100 años en el cielo», que recorre la historia de la aviación comercial en nuestro país.

El Boeing 747 que trajo al «Guernica» de regreso, y cuya llegada a Madrid quedó inmortalizada en fotos, era el segundo de los tres aviones de ese modelo que Iberia había incorporado a su flota a finales de 1970, todos bautizados con nombres de escritores: el «Cervantes», que llegó a Barajas el 22 de octubre de 1970, el «Lope» y el «Calderón de la Barca», que llegaron un mes más tarde.

Los primeros reactores de Iberia, tres Douglas DC-8, llegaron unos años antes, en 1961, y recibieron los nombres de «Velázquez», «El Greco» y «Goya». En la muestra, organizada por la Fundación ENAIRE, puede verse una instantánea de un obispo en el acto de bendecir las naves, un ritual que se mantuvo durante muchos años en España.

«¡Volar!», que fue inaugurada ayer por Felipe VI, aúna dos de los grandes avances de comienzos del siglo XX, la fotografía y la aviación, que además se desarrollaron casi en paralelo. Según el vuelo se convertía en algo más y más cotidiano, también el arte de hacer fotos pasaba de los profesionales a los aficionados. La fascinación que ambas disciplinas despertaban en aquel entonces ha dejado un excelente registro de imágenes de carácter público e íntimo que Sánchez Serrano reúne en la exposición.

Aunque no se trata de un recorrido cronológico, el comisario sí recupera algunos momentos clave de la aviación española, como los primeros vuelos en los años veinte de la línea Latécoère entre Toulouse y Casablanca, la primera que comenzó a operar en España en 1919. Fue fundada en 1918 por Pierre-George Latécoère con la idea de conectar a Francia con sus colonias en África, pero los aviones debían hacer escala en Barcelona y Málaga hasta el Estrecho de Gibraltar.

«La aviación comercial nace, sobre todo, por la abundancia de recursos que hay después de la Primera Guerra Mundial –aviones excedentes, mecánicos y pilotos–, que se pueden aprovechar para el establecimiento de líneas aéreas. Y, también, en una situación en la que los países europeos sienten la necesidad de comunicarse cada vez a mayor velocidad con sus colonias en África, América y Asia», explica el comisario.

De hecho, al principio el transporte de pasajeros era secundario. «Las líneas aéreas recibían una subvención de seis pesetas por kilómetro volado y eso es lo que les permitía hacer negocio. Así, durante los primeros años las líneas no buscan el transporte de pasajeros porque lo que deja dinero es el transporte postal», afirma Sánchez Serrano.

Tres mujeres pioneras

De entre la inmensa cantidad de retratos históricos de profesionales, famosos y personas anónimas que posan con aviones destacan los de tres mujeres: la primera piloto española, María Bernaldo de Quirós, que recibió su título en noviembre de 1928 y que «se hizo piloto a pesar de la oposición de toda su familia. Pero ella quería volar y, además, busca transmitir su pasión a más mujeres y demostrar que es capaz de hacer lo mismo que un hombre, y de hacerlo tan bien o mejor», comenta el comisario.

También están Bettina Kadner, la primera mujer que en 1969, a los 22 años, pilotó un avión de pasajeros en España y en Europa, y que en 1998 se convirtió en la primera comandante de una línea aérea, y María José Ugarte, la primera azafata de Iberia, retratada en 1946 antes de partir en un vuelo de Madrid a Buenos Aires.

En otra sección, el comisario ha reunido numerosas imágenes de famosos y personalidades que han viajado a España en avión: Casillas, copa en mano, a su regreso del Mundial, Dalí, el Papa Juan Pablo II, los Beatles, Marlene Dietrich, Orson Welles, que rodó “Mr. Arkadin” en Barajas cuando se estaba construyendo la T2, y Ella Fitzgerald y Duke Ellington, entre otros. Así explica el comisario la elección de estas imágenes: “Los famosos existen en su universo propio, pero descienden de él, adquieren peso y consistencia, cuando aterrizan en un aeropuerto. Allí, el famoso sale del celuloide y se convierte en realidad”.

Por otra parte, con la idea de resaltar el diálogo actual entre fotografía y aviación, Sánchez Serrano incluye en la exposición imágenes e instalaciones de artistas como Raúl Urbina, Alberto García-Alix, José Manuel Ballester, John Baldessari y Chema Alvargonzález que se inspiran en las ideas del vuelo y del transporte, o en el aeropuerto como espacio, para crear obras que reflexionan sobre la condición del ser humano que busca siempre la altura, la elevación, y que sigue obsesionado, un siglo después, con el cielo y el vuelo.

"¡Volar!: 100 años en el cielo", organizada por el Ministerio de Fomento y la Fundación ENAIRE, estará en el Círculo de Bellas Artes desdee mañana y hasta el 1 de septiembre de 2019. Horario: De 11:00 a 14:00 y de 17:00 a 21:00 h (martes a domingo). Lunes cerrado.