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Crítica de clásica
Cierre de temporada en el Palau por todo lo alto
Obra: "Roberto Devereux", de Gaetano Donizetti. Reparto: Eleonora Buratto, Silvia Tro Santafé, Ismael Jordi, Lodovico Filippo Ravizza, Filipp Modestov, Irakli Pkhaladze, Xavier Galán. Orquesta de la Comunidad Valenciana. Coro de la Generalidad Valenciana (Jordi Blanch, director). Directora de escena: Jetske Mijnssen. Dirección musical: Francesco Lanzillotta. Palau de les Arts de Valencia. Palau de Les Arts 18 de junio de 2025.

El Palau de les Arts ha cerrado temporada a lo grande: con la gala de entrega de los premios de Ópera XXI, la convención de los teatros líricos de Latinoamérica y la ópera “Roberto Devereux” de Donizetti. Todo un tour de forcé en apenas tres días, para luego trasladarse a Madrid a fin de intervenir en el ciclo “Sólo Música” en el Auditorio Nacional, en donde Javier Perianes abordará este sábado, en sesión de tarde y noche, los cinco conciertos para piano de Beethoven con la Orquesta de la Comunidad Valenciana.
“Roberto Devereux” contó con una puesta en escena de Jetske Mijnssen a base de unos decorados insípidos, vestuario prácticamente actual y escasa dirección actoral, por más que una escena del acto segundo recordase a los Caballeros del Grial de “Parsifal” sentado en semicírculo y que al final se sugiriese la situación de los tres protagonistas manteniéndolos en escena simultáneamente, si bien separados. Realmente poco que aportar.
Eleonora Buratto es una soprano con una evolución vocal desde una ligera a la lírica actual. Posee caudal y consistencia tanto en el registro alto como el medio, siendo más opaco el bajo. Ha abordado las tres protagonistas de la Trilogía Tudor con indudable éxito, si bien en cierto que aún debe dotar de mayor personalidad a las tres reinas. Silvia Tro estuvo magnífica como su rival Sara. Una mezzo en clara progresión y muy capaz para estos papeles. Lodovico Filippo Ravizza fue un Nottingham de voz potente y bien timbrada de barítono.
Los tres tuvieron que luchar contra el excesivo volumen de la excelente Orquesta de la Comunidad Valenciana, bajo la dirección de un Francesco Lanzillotta que no tuvo en cuenta la brillante sonoridad del Palau de les Arts. Les obligó a cantar en forte durante todo el primer acto, con lo que se perdió el carácter belcantista donizzetiano. La obertura no fue más que un chim, pum. Afortunadamente las cosas mejoraron en los actos segundo y tercero, especialmente cuando Ismael Jordi empezó a cantar. Él es un belcantista nato, controlando el sonido, la la emisión, el fraseo, las medias voces, los pianos y una elegancia innata para dotar de expresión al canto. Al final, un éxito rotundo y merecido para los cuatro cantantes protagonistas. Quedamos ya a la espera del “Fausto” con el que se abrirá la próxima temporada.
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