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Cincuenta millones pendientes de la batuta de Thielemann

El director de orquesta se enfrenta por primera vez al Concierto de Año Nuevo de Viena, en el que habrá seis piezas nunca antes escuchadas

Christian Thielemann fue discípulo de Von Karajan
Christian Thielemann fue discípulo de Von Karajanlarazon

El director de orquesta se enfrenta por primera vez al Concierto de Año Nuevo de Viena, en el que habrá seis piezas nunca antes escuchadas.

No se puede comparar el repertorio de gestos que ofreció Thielemann a aquel, imborrable, que nos legó años atrás el incomparable George Prêtre, pero no estuvo mal para tratarse del maestro germano, nacido en Berlín en 1959 y que estará al frente de la Orquesta Filarmónica de Viena el 1 de enero de 2019, formación de la que ayer se deshizo en elogios. Son los propios profesores que la integran los que se encargan de elegir anualmente a quien estará en el podio. En esta caso, la sintonía entre maestros y profesores es notable, debido a las veces que han podido compartir conciertos. Se trata de la primera vez que Thielemann dirigirá este mediático acontecimiento mundial (seguido en directo en todo el planeta por 50 millones de personas y cuya cobertura total se acerca a los mil millones, sí, han leído bien) y la primera ocasión, también en que será un alemán el que empuñe la batuta. Se une así a Gustavo Dudamel, Seiji Ozawa y Von Karajan (de quien Thielemann fue asistente a los 19 años), quienes han dirigido a la Filarmónica en solo una ocasión. Por contra, Willi Boskowski (25 veces), Lorin Maazel (11) y Clemens Krauss (13) han sido quienes más veces lo han dirigido.

Daniel Froschauer, actual titular de la formación, declaró que «hemos esperado mucho tiempo hasta que ha llegado este momento y creemos que ha sido positivo que haya tardado unos años. Ambos se conocen ahora más y, a pesar de estar familiarizados siempre descubren algo nuevo», aseguro, lo que corroboró el maestro alemán: «Estoy aprendiendo mucho. Esta orquesta es capaz de tocar de tal manera que en cada momento me surgen ideas nuevas que acometer», señaló. Incluso en las marchas dijo que «con esta orquesta es completamente imposible que degeneren». Los responsables del concierto han prometido que será «muy especial» que pretende convertir «el mundo en una sala de música» para tratar de enviar «un mensaje de paz y amor», informa Efe.

El repertorio mezcla piezas ya clásicas como el vals «Transacciones» o la polca «Con franqueo extra», con otras piezas de compositores poco conocidos como Carl Michael Ziehrer (1843-1922), que abre el concierto con su «Marcha Schönfeld», sin olvidar un par de clásicos fuera de programa como son «El Danubio azul» y la «Marcha Radetzky», que pone el punto y final al primer concierto del año. Para Thielemann, reconoce, la experiencia será como «atravesar un paisaje de montaña repleto de variaciones de tempo y color» en el que energía y melancolía se imbrican en el atril.

Existe curiosidad por ver cómo Thielemann, uno de los más valorados directores actuales por su interpretación de Wagner y Beethoven, se adapta a la ligereza y el ritmo de los Strauss, aunque recordemos que Richard es uno de sus compositores más admirados. Un equipo de 14 cámaras se encargará de acompañar la sinfonía musical desde la Sala Dorada del Musikverein, con 2.044 butacas disponibles. La Filarmónica de Viena aprovechó la presentación del Concierto de Año Nuevo para anunciar algo novedoso: la creación de una academia para formar a jóvenes talentos y en la que se podrán apuntar futuras promesas hasta los 27 años.