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Cine doblado por patriotismo

En castellano, en catalán, en euskera y en gallego (de momento). El cine que se exhibe en España en su mayoría se dobla. El método más eficaz para no aprender inglés y, por supuesto, de imponer una lengua

Cine doblado por patriotismo
Cine doblado por patriotismolarazon

En castellano, en catalán, en euskera y en gallego (de momento). El cine que se exhibe en España en su mayoría se dobla. El método más eficaz para no aprender inglés y, por supuesto, de imponer una lengua.

Entre los programas del primer día de emisión de TV3, el 10 de septiembre en 1983, se incluyó la serie «Dallas». Para muchos fue realmente traumático oír hablar a JR la lengua de Verdaguer y decir aquello de: «Sue Ellen, ets un pendó».

Creían que el idioma, que es la llama –la «flama»– que mantiene siempre viva la ilusión por una nación catalana, no podía estar destinado al entretenimiento banal. Aquello provocó un cisma entre los que creían que el catalán o era una lengua de cultura o moriría. Al final se optó por la manera de hablar de quien manda en Cataluña: TV3. De «Dallas» se ha llegado a situaciones tan estrafalarias como doblar una película en castellano al catalán.

Sucedió el pasado mayo con «La llamada», dirigida por Los Javis. Después de todo, la Generalitat sigue la obsesión del cine español de mantener el doblaje obligatorio, cumpliendo la Ley de Defensa del Idioma de 23 de abril de 1941 («Queda prohibida la proyección cinematográfica en otro idioma que no sea el español»). Sólo así en «Mogambo» (John Ford, 1953), una pareja de recién casados que hacía un safari por África pudiera transformarse en unos castos hermanos (no se sabe qué fue peor...). Esta norma fue inspirada en la que impulsó Mussolini en Italia en 1938.

La Ley del Cine de la Generalitat de 2010 impuso que el 50% de las películas europeas fueran dobladas al catalán, norma que en 2012 rechazó la Unión Europea al considerar que discriminaba a las producciones europeas al imponerles un idioma para su distribución. Del total de películas que se exhibe cada año en España, unas 800 están dobladas al castellano y un 25% al catalán. Hay que tener en cuenta que es la Dirección General de Política Lingüística de la Generalitat quien se encarga del apoyo al doblaje.

Aunque con pretensiones más modestas, el Plan Nacional de Normalización de la Lengua Gallega obliga a doblar al menos diez películas con posibilidades de éxito comercial. En el País Vasco fue la televisión autonómica ETB la que ayudó a crear esta industria, pero su crisis actual es evidente: de 1.600 horas de doblaje en películas y series en los años 90, se ha pasado a cien horas en 2018.