El temible Hitchcock: el acosador de actrices que hoy estaría en la cárcel

Alfred Hitchcock ocupa un destacadísimo lugar en la historia del cine por el indiscutible valor de películas como “Psicosis”, “La ventana indiscreta” y “Vértigo”, entre otras. Pero el enorme talento del cineasta no debería ocultar la siniestra personalidad de un hombre que tuvo por costumbre acosar a varias de las actrices que trabajaron en sus películas.

Dakota Johnson, conocida por su papel en “Cincuenta Sombras de Grey”, ya explicó con toda claridad el acoso que sufrió su abuela, la también actriz Tippi Hedren, durante el rodaje de “Los Pájaros”. “Hitchcock arruinó su carrera porque ella no quería acostarse con él y él la aterrorizó. Él nunca fue considerado responsable”, lamentó.

El maltrato al que Hitchcock sometió a Tippi Hedren fue tan perverso como variado, según recopilan Malcolm Otero y Santi Giménez en “El club de los execrables”. A saber: le susurraba cosas obscenas al oído, pidió a su equipo que la siguieran cuando salía del estudio de rodaje e incluso le provocó heridas con los pájaros de la famosa película al lanzarle centenares de aves reales que la dejaron, literalmente, al borde un ataque de nervios.

La propia Tippi Hedren explicó así el acoso que sufrió: “Comenzó a decirme cómo debía vestirme en mi tiempo libre, qué tenía que comer y los amigos con los que debía quedar. Se ponía furioso si yo no pedía permiso para visitar algún amigo por la noche o un fin de semana”.

“Se portó como una bestia”

Pero la actriz de “Los Pájaros” no fue, ni mucho menos, la única víctima de Hitchcock, que también la tomó con Madeleine Carroll durante el rodaje de “39 escalones”. La tuvo durante horas esposada con la peregrina excusa de que había perdido la llave. “Hitchcock se portó como una bestia con ella”, describió el actor John Gielgud, que compartió reparto con Madeleine Caroll en “Agente secreto”.

Otra víctima del cineasta fue Joan Fontaine, protagonista de “Rebecca”, que incluso necesitó años de terapia y llegó a abofetearla con el pretexto de que quería que su llanto fuera creíble durante la interpretación.

Pero Hitchcock, por suerte, también fracasó con algunas de sus víctimas. Lo hizo con su mayor obsesión, la actriz Grace Kelly, que mantuvo las distancias con el director y acabó por hundirlo al casarse con Rainiero de Mónaco.

La fantasía de violar a Audrey Hepburn

También se estrelló con Audrey Hepburn, a quien intentó contratar para satisfacer una de sus fantasías: violarla durante una escena. Pero Hepburn rechazó este papel del llamado maestro del suspense que para entonces había dado sobradas muestras de ser también un maestro de lo sádico.

Tal y como dice un biógrafo de Hitchcock, “hoy estaría en la prisión por acoso sexual”.