Crítica de “Dúo”: coreografía de la distancia ★★★★☆

Dirección y guion: Meritxell Colell. Intérpretes: Mónica García, Gonzalo Cunill. Argentina, 2022. Duración: 107 minutos. Drama.

“Dúo” se mide por oposiciones. Una misma coreografía en la que dos cuerpos se hablan, se pelean, jadean, ríen, se repite para mesurar una distancia, la que separa la energía del desgaste; o la plenitud, con todas sus interrupciones, del vacío, plano y triste. En el intervalo que divorcia esos dos bailes apenas se necesitan palabras: los rostros y los gestos de una pareja de gira por el Altiplano argentino se van desconectando a medida que surcan el paisaje. Es un viaje de reencuentro que se convierte en uno de despedida. La dualidad atraviesa toda la película. En cierto modo, “Dúo” es la secuela de “Contra el viento”, la ópera prima de Colell: parece que su protagonista, Mónica García, haya saltado de una a otra, para, a su vez, duplicar la estructura interna del filme, dividido entre las evocaciones poéticas susurradas de la coreógrafa, rodadas en super 8, y la acción principal.

Meritxell Colell alterna con sutileza ambas líneas narrativas para contar la crisis de una pareja que, en contacto con la población indígena, profundiza sus fisuras. Es una idea preciosa: a medida que Mónica habla con las mujeres de esos pueblos remotos, y cocina con ellas mientras escucha sus historias, toma conciencia de su nuevo lugar en el mundo. En la conexión con lo telúrico, con culturas que se desprenden con generosidad de lo superfluo, y que viven la magia como un vínculo natural con la condición humana, Mónica encuentra su camino, que no es el olvido sino la posibilidad de estar consigo misma sin ser presa de la inercia del pasado. Entonces descubrimos que para que el dúo funcione, el uno debe ser más sólido que gaseoso.

Lo mejor

Una puesta en escena a flor de piel, muy sensual, y un expresivo diseño de sonido.

Lo peor

Que a veces el susurrado monólogo interior de Mónica sobreexplique las imágenes.