Agentes retro en la guerra fría
No es una película más de espías. «Operación U.N.C.L.E.» es la particular revisión que hace Guy Ritchie de una popular serie de los 60 que, a su vez, adaptaba una saga de Ian Fleming. Una historia peculiar de colaboración entre dos agentes de la CIA y la KGB
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No es una película más de espías. «Operación U.N.C.L.E.» es la particular revisión que hace Guy Ritchie de una popular serie de los 60 que, a su vez, adaptaba una saga de Ian Fleming. Una historia peculiar de colaboración entre dos agentes de la CIA y la KGB
Agente secreto, mujeriego, con traje hecho a medida y bendecido por Ian Fleming. ¿Otra película de James Bond? En absoluto. El personaje de Napoleón Solo fue la otra gran contribución del creador de 007 para la exitosa serie de los 60, «The Man from U.N.C.L.E» (en español traducida como «El agente de CIPOL»). Y ahora, al fin, el aclamado director Guy Ritchie ha obrado el milagro de llevar la trama a la gran pantalla. Milagro, sí, porque la tarea no ha sido fácil.
Los estudios de Warner Bros llevaban dos décadas detrás del proyecto. Se habló, entre otros, con Quentin Tarantino y Steven Soderbergh, y los nombres que sonaron para el papel protagonista fueron desde Tom Cruise a George Clooney. Sin embargo, el director partió de cero y el resultado que presenta no defrauda. Exquisito e inteligente, como la saga de Sherlock Holmes. Propia del siglo XXI, pero sin perder un ápice del glamour de los 60. En definitiva, esa mezcla imposible que convierte a Ritchie en todo un maestro.
«En realidad no estaba al tanto de que el proyecto llevara tanto tiempo queriéndose llevar a cabo. Me enteré hace relativamente poco, cuando salió el primer trailer y me preguntaron “no sabía que tú también estabas detrás de esto”. En realidad, Warner nos lo propuso y después de valorarlo con Lionel Wigram (con el que trabajó en la reinterpretación del clásico detective londinense) nos pusimos manos a la obra con el guión. Tiramos a la basura los borradores que nos dieron y empezamos de cero», explica el director.
La popular serie de televisión situaba la trama a principios de la década de los 60, en pleno apogeo de la Guerra Fría. Sus protagonistas –Napoleon Solo, agente de la CIA, y Armie Kuryakin, agente de la KGB– estaban obligados a dejar de lado sus tradicionales hostilidades para realizar una misión conjunta que tenía por objetivo poner fin a una misteriosa organización criminal internacional. «Una de las formas de darle nuestro toque personal fue idear la historia de cómo se formó la U.N.C.L.E. –explica Ritchie–. ¿Cómo pudo fraguarse una alianza así?» La película, por tanto, comienza en 1963. Estados Unidos y la Unión Soviética se encuentran inmersos en una tensa y peligrosa carrera por la supremacía nuclear, y las investigaciones realizadas por científicos nazis durante la guerra aún siguen siendo un activo valiosísimo en un mercado aún bastante controlado.
Un muro de cemento de algo más de 3 metros y medio de ancho divide en dos el Berlín post-II Guerra Mundial. Y es en este escenario donde Solo (interpretado por Henry Cavill) y Kuryakin (al que da vida Armie Hammer) se encuentran por primera vez. Su premio es Gaby Teller, una mecánica de coches de Alemania Oriental interpretada por Alicia Vikander que también es la desaparecida hija del doctor Udo Teller, quien en su día fuera el científico nuclear favorito de Hitler.
Ritchie tuvo claro desde el principio que se tenía que conservar el contexto original de la Guerra Fría, con todo su trasfondo cultural y político. «Es un as en la manga de la serie. Queríamos capturar la esencia y especificidad de aquella época, pero haciéndolo accesibles al público actual de la forma más original, atractiva y fresca posible».
De la misma forma que con Sherlock Holmes se transportó al público al Londres victoriano sin perder la astucia que las hizo tan agudas y actuales, U.N.C.L.E. destila todo aquello que se añora de los años 60: su arte, moda y música... Wigram destaca: «Ésa es la magia de Ritchie. Siempre logra darle a la tecla exacta para que todo, de alguna forma, parezca actual».
El director, que además de co- escribir el guión también es productor de la cinta, explica que la forma en que los hombres interactúan entre sí era una situación que le parecía «fascinante». Solo es una especie de anti-establishment que adquirió sus habilidades negociando con arte y antigüedades en el mercado negro después de colarse en la alta sociedad europea de la posguerra. Era tan bueno que nadie pudo cogerle durante años. Pero finalmente fue abandonado por una novia celosa, y la CIA, viendo la valía de un hombre como él, le ofreció un ultimátum: ir a la cárcel o trabajar para ellos. Por el contrario, el ascenso de Kuryakin en el KGB fue el resultado de años de dedicación, entrenamiento y esfuerzo decidido.
En palabras de Ritchie: «Con dos agentes tan diferentes entre sí nos resultó irresistible obligarles a estar juntos. Empiezan intentando matarse mutuamente pero terminan trabajando en equipo, incluso a pesar de no llegar a confiar ninguno de los dos del todo en el otro. A grandes rasgos, la historia trata de la evolución de su colaboración. La columna vertebral de la historia viene dada por el hecho de que uno represente al capitalista EEUU, y el otro a la comunista Rusia, y que estas dos súper potencias tengan que trabajar juntas para acabar con una amenaza de consecuencias mundiales. Esta base da mucho juego para lograr una película con un buen toque de humor».
Durante la presentación de la cinta en Londres, Cavill aseguró que trabajar con Ritchie fue la razón número uno a la hora de aceptar el proyecto. «Sus películas son fantásticas y su estilo cinematográfico es único. No hay exceso de ensayos, así que puedes llegar ahí y hacerlo, y grabando lo sientes como algo natural y nuevo». Por su parte, Hammer añade: «Te mantiene realmente atento. Tienes que hacer tus deberes y llegar preparado para cualquier cosa porque los hechos pueden cambiar». «Creo que mantiene intencionadamente una atmósfera ligera porque el trabajo sale mejor cuando la gente es libre y todo fluye. Es un espacio creativo, acogedor, abierto, y eso es lo que Guy intenta cultivar en el plató», matiza.
La parte femenina la aportan Vikander, quien asegura que le encantó que crearan su papel «como una chica marimacho y guay con un montón de carácter», y Elizabeth Debicki, que da vida a Victoria, una rubia ambiciosa, gélida de orígenes difíciles, en definitiva, la mente pensante del lado oscuro. El reparto se completa con Hugh Grant, en el papel del cortés e imperturbable Waverly.
Dos agentes sesenteros
«The Man from U.N.C.L.E» fue una serie de televisión estadounidense emitida por la cadena NBC desde septiembre de 1964 hasta enero de 1968 (en la imagen). Fue creada por Metro-Godwyn-Mayer y se hicieron 105 episodios. La primera temporada fue emitida en blanco y negro. El papel de Napoleon Solo fue interpretado por Robert Vaughn. Originalmente estaba previsto que fuera el único protagonista, pero una escena con Illya Kuryakin, al que daba vida David McCallum, lo hizo tan popular en la audiencia que convenció a los productores de que los agentes protagonistas debían ser los dos. Ian Fleming, creador de James Bond, contribuyó a la concepción del proyecto. El libro «The James Bond Films» asegura que su idea se basaba en dos personajes: Napoleón Solo y April Dancer (La chica de C.I.P.O.L). Mr. Solo era el nombre que originalmente tenía el jefe criminal en la novela de Fleming «Goldfinger». Los guionistas fueron Robert Towne y Harlan Ellison. El autor Michael Avallone, que escribió la primera novela original sobre la serie, suele citarse incorrectamente como el creador.