Buscar Iniciar sesión
Sección patrocinada por
Patrocinio Repsol

Al desierto en un «4 latas»

El hispano-francés Jean Reno conduce este mítico coche hasta Tombuctú en la nueva comedia agridulce de Gerardo Olivares.
larazon

Creada:

Última actualización:

El hispano-francés Jean Reno conduce este mítico coche hasta Tombuctú en la nueva comedia agridulce de Gerardo Olivares.
En su juventud en Marruecos (nació en Casablanca en 1948, cuando era protectorado francés), Jean Reno tuvo la oportunidad de cruzarse con varios «4 latas», el mítico Renault 4 que empezó a comercializarse en 1961. «Eran baratos, no consumían mucho y los podías reparar tú mismo. En África había muchos de ese tipo, coches sólidos», recuerda este francés de familia (y pasaporte) español. En aquellos tiempos, el desierto no era una opción: «Como mucho fui a Marrakech a tocar con un grupo de tres chicos y una chica que teníamos». Pero, a la vejez, viruelas.
Con «4 latas», la nueva película de Gerardo Olivares, ha conocido el desierto profundo por fin: «Ha sido formidable. Llegué directamente a Casablanca en avión y de ahí a la puerta del desierto, cerca de Uarzazate. La visión del desierto por primera vez en mi vida es con esta película. Es maravilloso ese espacio amarillo con camellos. Yo tengo mucho de camello, es el animal que me representa, no el delfín o el león como suele decir la gente», asegura.
Reno interpreta a Jean Pierre, un francés aburguesado a quien un buen día va a buscar un viejo amigo, Tocho (Hovik Keuchkerian) para anunciarle que un tercer compañero de aventuras de la juventud se está muriendo. Juntos, y con la hija del último, emprenderán un viaje en el mítico coche de España a Tombuctú para dar un adiós fraternal al amigo. Esta cinta es la segunda colaboración, tras «Hermanos del viento» con Olivares. «No sé como llegó Gerardo hasta mí con aquella película, pero empezamos a tener amistad, a hacer cosas juntos. Lo pasamos formidable y la película me gustó mucho. Él me habló de que estaba escribiendo otra y le dije que me gustaría participar».
Alma de documental
Esa cinta es «4 latas», una viaje geográfico pero también existencial que, según el actor hispano-francés, marca una maduración del estilo de Olivares, desde el documental a cintas más ficcionadas: «Ha ido mostrando su alma y en esta cinta ya se ve más su concepto de la comedia y de su idea agridulce de la vida. Gerardo tiene muchas cosas dentro, no es superficial». Y es que, a medida que los viajeros avancen hacia Tombuctú, irán despidiéndose de sus defectos: el alcoholismo en el caso de Tocho; la soberbia en el de Jean Pierre.
Junto con estos personajes, el desierto, ya sea en Marruecos, Argelia o Malí, es el verdadero protagonista. Esos paisajes lunares que Olivares, apasionado documentalista, rueda en planos aéreos o desde el vértigo de un 4 latas subiendo y bajando por las dunas. Un recorrido propio del legendario París-Dakar, la prueba que los personajes de la película probaron a culminar en sus días de juventud.
La vida de Reno, más allá de su ir y venir por el cine, es mucho más sosegada, aunque él se confiesa nómada «como un camello» y también «un lobo solitario». Hace años que dejó de vivir en Francia y se fue a Nueva York: «Me casé con una inglesa-francesa que estaba allí desde los 18. Pero hay algo en Nueva York que no existe en el resto del mundo. Todo es posible allí, aunque parezca una tontería. Si mañana dices que va a vender sardinas de Alicante en la Quinta Avenida todos te van a decir ''formidable, vamos al banco a que nos den dinero''. Es la única parte del mundo en la que crees que todo es posible. En otro sitio te dirían que eres un idiota y que no tienes dinero. En Nueva York sales con una pluma en el culo y todos te dicen que qué bien, qué bonito. Desde luego, no existe un país perfecto, allí tienen un presidente que es un payaso», concluye el intérprete.

Archivado en: