Anabel Alonso, la voz a ti debida
Uno de los grandes éxitos de la animación estará vinculado para siempre a su voz. Regresa al cine Dory, y sus amigos, y ella vuelve a interpretar a este pez azul que tiende a quedarse en blanco
Uno de los grandes éxitos de la animación estará vinculado para siempre a su voz. Regresa al cine Dory, y sus amigos, y ella vuelve a interpretar a este pez azul que tiende a quedarse en blanco
Anabel Alonso vuelve a interpretar a Dory, aquel pececillo azulado y voluntarioso, pero de escasa memoria, que acompañó a un padre desesperado en la búsqueda de su hijo, Nemo. Aquella cinta, que reventó la taquilla, y que provocó que los arrecifes de medio mundo se quedaran sin peces payaso, hoy es un clásico de la animación. Como todo éxito ahora cuenta con su obligada continuación: «Buscando a Dory», un filme que recupera los personajes de la cinta original y que se estrena este mes. Un esperado estreno que ha llevado a más de una organización a hacer un llamamiento para que, esta vez, el público sea responsable y no compre millones de «pez cirujano» (el tipo de especie que es Dory) para sus peceras y se evite diezmar irreversiblemente la población de este animal.
–¿Es cierto que dijo que no quería volver a interpretar al personaje?
-No, no dije eso exactamente. Lo que he expresado es que tenía miedo de regresar a Dory porque han pasado 13 años desde «Buscando a Nemo». Yo estaba asustada por la expectación que despertó la película, y lo que originó a su alrededor, pero en ningún momento quise dar a entender que no deseaba volver a él.
–¿Tenía miedo? ¿Por qué?
–Todo el mundo vio el mogollón que se montó alrededor del filme desde el lanzamiento del tráiler. El problema es que el dibujo permanece igual, pero, después de haber transcurrido más de una década, resulta inevitable preguntarte si tienes la misma voz, si lo haré igual de bien que en la primera ocasión. A lo largo de este tiempo, en todas las entrevistas que he concedido, siempre ha salido a relucir Dory. Existe mucha expectación alrededor de este dibujo. Para mí, volver a él, supone una enorme responsabilidad. Es un personaje que ha dejado huella. La demostración es que se ha rodado «Buscando a Dory». Tengo la responsabilidad de hacerlo igual de bien que en la anterior película. La diferencia es que en aquella cinta era un poco inconsciente. Era la primera vez que doblaba y pensaba en que iba a pasarlo bien haciendo este trabajo y nada más. Pero ahora ha pasado todo este tiempo y se esperan muchos resultados de mí, nada menos que estés a la altura. Ya no es lo mismo.
–¿Cuál es la vinculación de una voz con una imagen? ¿Cuál es la diferencia a la hora de apropiarte de un dibujo que de un personaje de carne y hueso?
–En el caso de la animación existe un margen bastante claro de apropiación y creación. Si accede a la versión original, se dará cuenta de que no tiene mucho que ver con lo que hago yo. Yo me he fijado en lo que he visto en la pantalla, en las expresiones de Dory, en sus rasgos, en sus caras, en sus gestos, para poder interpretarla sin tener en cuenta el referente de la versión americana. De esta forma, en ese espacio, me he sentido bastante libre. Yo he intentado liberarme del sonido, no escuchar la voz original, o hacerlo lo menos posible, sólo cuando comenzaba hablar y en otros momentos de referencia para no tener que ceñirme a esa manera de hablar y hacer. Dory es bastante mía en este caso, pero eso sólo sucede porque es de animación, lo que te permite mucha libertad. Pero los márgenes en los personajes de carne y hueso son muy distintos.
–¿Cuál es el motivo del éxito de Dory? Es un pez desmemoriado, no muy listo... pero, en cambio, ha conectado con el público.
–Es cierto, pero yo sí creo que es brillante en algunos aspectos. Para mí es el peronsaje bombón de estos dos filmes. En la primera parte, desde el principio, me di cuenta de que era una joya. Ya en el comienzo te quedabas embobado viendo lo que hacía o escuchando lo que decía. Es un carácter muy positivo. Si te fijas bien, en ella todo son cualidades. La unica desventaja que tiene en un principio es que no posee memoria, pero, si lo observas desde otro punto de vista, eso le permite no ser rencorosa, egoísta; le permite vivir el momento, que nada tenga un pasado ni un futuro, que todo esté aquí, en el presente. Por eso se entrega a ti, está contigo. Eso es bastante atractivo. Eso de descubrir el mundo cada tres segundos y que todo le suponga una sorpresa es fantástico. Es el aquí y ahora a un nivel disparatado, pero, con eso, también consigue que no esté mediatizada por nada, no como otros personajes que tienen rencor o saben si algo está mal y no siguen adelante. Ella siempre va hacia adelante.
–Escuchándola se podría decir que la mala memoria es una ventaja más que un inconveniente...
–Tiene muchos contras, pero también sus pros. Claro que sí. Hay que aprender, eso es evidente, pero la mala memoria te permite no guardar rencor, te ayuda a no tener tantos prejuicios.
–¿Por qué es tan importante que un personaje siempre sea doblado por el mismo actor?
–Porque se crea un vínculo con los espectadores. Es como si a mí me pusieran en una película otra voz. Es como verme a mí con otra voz. En algunos filmes, una actriz ha doblado, por ejemplo, a Penélope Cruz. No es igual. Los espectadores lo saben. Dory es ella y su voz, y, en este caso, es la mía. Si tuviera otra voz también tendría otra personalidad.
–¿Podría explicar cuál ha sido la clave del éxito de Nemo?
–Eso es difícil. Yo creo que marcó un extraordinario hito en 2003 desde el punto de vista del nivel técnico, como puede apreciarse en las imágenes donde recrean los fondos marinos. Cuando la vi, aluciné con la calidad de este trabajo de animación que, en realidad, no sabía decir si era animación o imágenes reales. Ahora, desde luego, estamos mucho más acostumbrados a esta clase de producciones, pero aquello, en ese momento, supuso una gran novedad, sobre todo a nivel de imagen. Pero quisiera también resaltar el mensaje que se transmite, porque «Buscando a Nemo» es una cinta muy ecologista, incluso en esta secuela. En ambas resulta muy importante ser amigo de tus amigos, ser consciente de que tú solo no puedes conseguir nada, que necesitas a tus compañeros y que el individualismo no conduce a nada, que hay que ser solidario. Existen, por tanto, dos claves: una manera de hacer las imágenes y, por otro lado, los valores que se intentan transmitir. Además de los personajes que aparecen y que son muy entrañables, por supuesto.
Dibujos y actores reales: no es lo mismo
¿Merecen los dibujos animados recibir los mismos premios que los filmes protagonizados por actores? Anabel Alonso, lo tiene claro: «Le diría que sí y, por otro, no. Aunque los actores pongamos la voz, hay un trabajo detrás que es muy diferente del de la interpretación de un actor que está encarnando un personaje físico. La animación es más técnica. Son trabajos muy distintos. Pero intepretar un personaje en televisión, cine o teatro es muy distinto. Son categorías diferentes».