Crítica de 'Homo Argentum': Pibe, nos pusieron verdes... ★★ y 1/2

Ay, qué poco se quieren los argentinos y qué les gusta ponerse verdes. Pero como los trapos. Por lo menos, a Mariano Cohn y Gastón Duprat, quienes, en esta irregular producción que forman dieciséis historias breves (en ocasiones, casi hasta el límite reducidas), exploran con un supuesto humor al que en ocasiones cuesta encontrarle la gracia, ironía y muchísima autocrítica las peculiaridades de la cultura y la forma de ser de quienes pueblan aquel país. Sobre todo, de los hombres.

Así, el retrato no puede ser más duro y deprimente: clasistas («Un juguete carísimo», «La novia de papá»), hipócritas (el de «Un filme necesario», con un cineasta insoportable sobre la doble cara de la industria cinematográfica, tiene su aquel), cobardes («Un hombre decidido»), oportunistas, moralmente cuestionables... En fin, que en casi todos estos protagonistas que interpreta un estupendo Guillermo Francella parece que lo malo vence a lo bueno.

Los creadores de la cinta la venden tal que una reflexión sobre la identidad nacional, aunque estamos seguros de que los pibes de allá son mucho más que fútbol desaforado y curas que, antes de repartir la comida entre los pobres, les da una paliza verbal que para qué les cuento. Pero si hasta se chotean de los italianos... Vivir para ver.

Lo mejor: Aunque varias de las historias no están bien desarrolladas, el trabajo de Francella.

Lo peor: Más que un estudio sobre la identidad nacional parece un retrato demasiado satírico.