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"Cuernavaca": México: del caos y la naturaleza

"Cuernavaca": México: del caos y la naturaleza
"Cuernavaca": México: del caos y la naturalezalarazon

Hay artistas que buscan impactar al público mediante la acción, asustándole. Hay otros cuyo objetivo es el de conmoverle, así como hacer que se identifique. Eso, para Alejandro Andrade, es lo principal en su película. Estrena «Cuernavaca», una cinta que va reflejando la realidad en cada una de sus escenas y con la que, según el director, mucha gente se verá reflejada. En varias escenas del filme, aparecen unas hormigas, bien en la naturaleza o bien en la almohada de Andy (Emilio Puente), el joven protagonista. «Para mí, esos insectos simbolizan la destrucción, la muerte, el caos y la fuerza devastadora», pero es la percepción que le han dado algunos espectadores la que realmente le interesa. «Un hombre nos dijo una vez en Rumanía que para él simbolizaban la infancia y me pareció muy curioso», recuerda Andrade.

Los padres de Andy se han separado y, tras un incidente que le provoca un gran sufrimiento, se ve obligado a irse a vivir con Carmen, su abuela paterna (Carmen Maura). Una vez allí, en una mansión en Cuernavaca con grandes terrenos y un pequeño local donde hacen la mejor mermelada de la zona, la evolución de su sufrimiento es el principal hilo conductor. Comienza queriendo ser un superhéroe –siendo un niño–, pero su paso a la madurez se va dando a base de esfuerzo. Mientras tanto se refugia en sus únicos amigos: Charlie (Diego Álvarez), trabajador en la casa de Carmen, y Delia (Dulce Domínguez), una chica con Síndrome de Down a la que le apasionan los gatos. «El punto de partida del proyecto era contar la historia de alguien que cambiara radicalmente, que buscara protección y valor y que terminara siendo fuerte», explica el director. De esta manera, añade que «desgraciadamente» existen «muchos niños como Andy», que «no tienen a sus padres, y esto marca a las personas». De nuevo, el cineasta recuerda que no han sido pocos quienes se han identificado con esta situación, tanto por parte del niño como también por la interpretada por Maura. Para Andrade «es muy fuerte saber que, aunque es una historia ficticia, muchas personas han vivido este tipo de ausencias».

«La violencia es real»

La cinta refleja un claro contraste social: por una parte, la gente con dinero que habita en Cuernavaca –como es el caso de Carmen– y que «viven encerrados», y, por otra, aquellas personas menos pudientes –sus vecinos de enfrente–, que sufren «una cancelación de futuro que les obliga, a veces, a cometer crímenes organizados». La violencia armada no falta en una cinta que, denuncia el director, refleja que «la violencia es real en México», cosa que viene «de la desigualdad» y que se podría solucionar «haciendo una limpieza y empezando desde cero».

Para Maura, explica Andrade, este papel «fue un trabajo complicado, porque está acostumbrada a interpretar mujeres más luminosas, y aquí tuvo que ser mala, dura, odiada, aunque también sufridora».