Cultura

Crítica de cine

Después de las cenizas

Fotograma cedido por Twentieth Century Fox donde aparece la actriz Sophie Turner como Jean Grey, durante una escena de la película de acción "Dark Phoenix"
Fotograma cedido por Twentieth Century Fox donde aparece la actriz Sophie Turner como Jean Grey, durante una escena de la película de acción "Dark Phoenix"larazon

Director y guión: Simon Kinberg. Intérpretes: Sophie Turner, James Mcavoy, Michael Fassbender, Jennifer Lawrence, Nicholas Hoult. EE UU, 2019. Duración: 116 minutos. Ciencia ficción.

Aseguran que se trata de la despedida, pero quién sabe: en el universo Marvel, la muerte, los conflictos mundiales, la misma vida, al cabo, son siempre escollos relativos, de ahí que, si me lo permiten, dude aún. En el arranque de esta nueva entrega, los X-Men están a punto de sufrir una baja: la de Jean Grey, que, durante una complicadísima misión de rescate en el espacio de una nave terrícola casi muere tras sufrir un enigmático «accidente» de luz. Pero sale milagrosamente ilesa, aunque ahora posee una fuerza ya todopoderosa, el caracter se le haya agriado y la cara, cuando está furiosa, luzca atravesada de venas color volcán encendido. Los niños la llaman Fénix desde entonces, porque como ese mítico ave, ha renacido casi de sus cenizas tras el dramático episodio, y aunque no lo diga, la chica atraviesa también una grave crisis de identidad que se agudiza cuando recuerda que, de manera indirecta, causó el fallecimiento de sus padres, tras lo cual fue acogida en la escuela (que siempre me ha recordado la de Harry Potter aunque con residentes de todos los colores y formas) del marisabidillo profesor Charles Xavier. La familia se rompe, la heroína se rebela (un símbolo de estos tiempos en los que la mujer intenta nivelar de una vez la Historia) y el planeta también podría reventar mientras aparecen en escena unos enigmáticos personajes vestidos de negro (no, no son los «Men in black», aunque está al caer una nueva ración de ellos; en realidad, nos encontramos frente a unos alienígenas disfrazados de humanos) que desean encontrar a Fénix y utilizar esa mala leche desatada en beneficio propio. Y, de paso, conquistar la Tierra, todos desean siempre lo mismo; total, para como la estamos dejando... Enfrentados a una franquicia que no siempre ha mantenido el paso firme, el cierre de la misma se nos antoja pequeño, menudito, como si el propio Simon Kinberg, que debuta nada menos que con esta película en tanto director, no supiese de qué manera finiquitar las andanzas cinematográficas de estos chicos que incluso parecen fatigados de estar defendiendo a estas alturas todavía sus propias glorias pasadas. Hay, sin embargo, escenas de acción valiosas, pero quizá lo mejor estribe en la sensación de que a Fénix es probable que no la haya transformado ese choque estelar extraño, sino la siempre dolorosa recuperación de la memoria. De ahí el enfado, el dolor, porque, en el fondo, muy pocos sabremos nunca qué bando nos habría tocado realmente si la historia no se hubiese torcido.

LO MEJOR

Descubrir que, detrás de la mutante protagonista, existe también una mujer podríamos decir que «de carne y hueso»

LO PEOR

Es una película un poco acomplejada que parece tener la impresión de que nunca estará a la altura de las expectativas