De Ekai a Lucía: La historia detrás de «20.000 especies de abejas»
La película está anclada en la realidad, ya que surge a raíz de la muerte de un joven transexual de 16 años y natural de Ondárroa que se quitó la vida en 2018
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La ópera prima de Estíbaliz Urresola Solaguren parte como una de las favoritas de la noche de los Goya, con 15 nominaciones, entre las que se incluye mejor película, mejor dirección novel y mejor guion original. Después de su paso por los Forqué, donde se coronó con el premio a mejor largometraje de ficción y el premio Cine y Educación en Valores, cabe preguntarse si la película de Urresola continuará con su imparable racha la noche del 10 de febrero.
La película está anclada en la realidad, ya que surge a raíz de la muerte de Ekai, un joven transexual de 16 años y natural de Ondárroa que se quitó la vida en 2018, dejando una carta en la que deseaba “ser el último que cayera por este motivo”. El escrito del joven soñaba con un futuro esperanzador para las infancias trans, y la película de Urresola pretende ser un puente entre el presente que tuvo que vivir el joven vasco y el futuro que vislumbraba.
Estíbaliz Urresola utiliza el cine para hacer pasar al espectador por un tránsito, ya que tal y como declaró en una entrevista para EiTB: “lo que transita es la mirada de los demás”. A lo largo de su proceso de preparación para escribir el guion, la directora descubrió que son las familias de los jóvenes trans las que pasan por una fase de cambio, y la película utiliza la relación entre una madre y una hija para explicar esta transición, llegando a la conclusión de que todo se reduce a un cambio en la forma de mirar.
En este aspecto, no es azarosa la elección del nombre de Lucía, pues según la tradición cristiana Santa Lucía era la patrona de la vista. El concepto de la mirada en la película es bidireccional. Entre Lucía y su familia, hay un intercambio. Como si de una colmena se tratara, cada integrante del clan tiene una función, y a través de la madre, la abuela y las tías presenciamos maneras muy distintas de entender la feminidad.
El mayor valor de la película es su capacidad de ejercer como puente e invitar al espectador a deconstruirse, de la misma forma que lo hace la familia de Lucía. En una entrevista para “Dama”, Urresola explicaba que en su historia “…la dinámica familiar irá dinamitándose hasta que solo quede la oportunidad de empezar de cero”. Ese nuevo comienzo era la realidad con la que soñaba Ekai.
Desde que murió el joven, ha habido un cambio en la sociedad. En ese prepandémico 2018, las transidentidades no se asociaban comúnmente a las infancias. Años después, coincidiendo con el triunfo de "20.000 especies de abejas" en la Berlinale, el Congreso aprobó la Ley trans. La película demuestra que lo importante es el camino, y aunque no obtenga la codiciada estatuilla, el premio está ganado.