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Cine

Eusebio Poncela: cine, caballo y "underground"

El actor, que ha fallecido a los 79 años, fue una de las grandes figuras del teatro y del cine, ajeno a los convencionalismos

Actores y compañeros despiden a Eusebio Poncela: "La muerte viene a recordarnos lo efímero de nuestra existencia"
Actores y compañeros despiden a Eusebio Poncela: "La muerte viene a recordarnos lo efímero de nuestra existencia"Europa Press

Es muy posible que Eusebio Poncela (Madrid, 1945 - El Escorial, 2025) naciera par interpretar al cardenal Cisneros. Pero con ese "sfumato" en la cara de los papas de Bacon. A lo largo de su extensa carrera como actor de cine, teatro y televisión, destacó como actor fetiche de cineastas con pretensiones vanguardistas. Deslumbró, junto a Willie More y Cecilia Roth, en la puede considerarse la mejor película underground española exhibida en salas comerciales, convertida con el paso de los años en una película de culto: «Arrebato» (1978).

La dirigió Ivan Zulueta, que ya había trabajado en el cine musical en los años 60 y con «Arrebato» demostró que la idea goddardiana del cine dentro del cine y la revolución sexual que había ensayado Antonio Maenza en Valencia con «Orfeo filmado en el campo de batalla» (1969) era más coherente y estaba mucho mejor resuelta cinematográficamente: los tres personajes por cuyas venas corre el cine como la heroína, la cámara es un monstruo que vampiriza a sus creadores. Una idea que ya estaba en el filme de Maenza, la cámara que adquiere vida propia en Ibiza y persigue a los tres protagonistas.

La heroína es la protagonista de «Arrebato». El director, Ivan Zulueta, rodó el filme enganchado y los demás actores siguieron la moda de los años 70 del caballo. El rodaje se alargó en exceso, lo mismo que el presupuesto, muchos excesos para una película independiente que trataba de forma experimental la pasión por el cine. La búsqueda de la esencia del rodaje, la pasión del director por el cine de terror y la moda del Super 8 formaban parte de las obsesiones de los cineastas experimentales y de cuantos seguían las consignas del «realismo apático» de Warhol&Morrisey. Aderezado con la intrusión de fotogramas con letras y colores, carteles e imágenes dislocadas que distanciaban del relato convencional y dotaban a ese cine del prestigioso marchamo de «cine underground».

Esta película maldita, que fracasó en su estreno comercial y fue menospreciada por la crítica que alababa los sainetes progres del cine madrileño de Trueba y Colomo, influyó directamente en Pedro Almodóvar, en especial en «La ley del deseo», eso sí mezclada con las obsesiones propias del director: la homosexualidad, la transexualidad y su pasión no por el cine experimental, sino por los argumentos de fotonovela gay.

Eusebio era, cómo no, el protagonista, un sosias del director, y su amante, Antonio Banderas repetía el personaje del mitómano de «Laberinto de pasiones» (1982) y de «Átame» (1989). En «La ley del deseo», mantuvo el tipo sin que descarrilase su inverosímil personaje de director en crisis acosado por un Antonio Banderas siempre desquiciado. En realidad, repetía el personaje de «Arrebato», sustituyendo la heroína por un amor-pasión desbaratado.

El éxito nacional de la teleserie «Los gozos y las sombras» (1982), basada en la novela de Gonzalo Torrente Ballester, y su papel protagonista como Carlos Deza, junto a la bellísima Charo López, supuso para Eusebio Poncela su consagración como gran actor. Repitió con Almodóvar en un papel corto en ese bodrio que es «Matador» (1986), en la que sólo se salva el cartel de Carlos Berlanga; protagonizó a Pepe Carvalho en una teleserie dirigida por el argentino Adolfo Aristain, con quien Eusebio protagonizaría «Martín (Hache)» (1997), sobre la desintoxicación de un heroinómano, de nuevo junto a Cecilia Roth y Willie More.

Eusebio Poncela mantuvo una relación intermitente con el "caballo" desde que rodara con Eloy de la Iglesia «La semana del asesino» (1972). En una fiesta en la villa valenciana de un artista famoso, decorada velones en la piscina y camareros con bandejas de distintas drogas preparadas para el consumo inmediato, Eusebio, Willie More y un conocido modisto barcelonés acabaron charlando en la cama del anfitrión sin probar ninguno las numerosas drogas que se ofrecían con prodigalidad entre los invitados.

Poco después, en 1986, Eusebio Poncela se trasladaría a vivir a Ushuaia, en la Patagonia argentina, donde se desintoxicó o al menos puso un cierto orden en su vida. Siempre fue un buen actor, que dotaba a sus personajes de una humanidad y una tensión de la que carecían muchos de sus compañeros de profesión que triunfaron sin muchos merecimientos. A partir de cierta edad, Eusebio Poncela comenzó a interpretar personajes históricos: En «Ausias March» (2003) del rey Alfonso V; en «Los Borgia» (2006) del Cardenal Giuliano della Rovere y en «La corona partida» (2016) del Cardenal Cisneros.

Su carrera, debido a sus afición al teatro más que al cine fue caótica, pero siempre se pueden encontrar buenas interpretaciones de un actor que rechazó seguir los trazos de la convención.