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Festival de Málaga: “Los días que vendrán”: el duro “procés” de dar la vida

El catalán Carlos Marques-Marcet aspira a ganar de nuevo la Biznaga de Oro con la historia de un embarazo narrado mes a mes y cómo afecta a la pareja
larazon

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El catalán Carlos Marques-Marcet aspira a ganar de nuevo la Biznaga de Oro con la historia de un embarazo narrado mes a mes y cómo afecta a la pareja
No es lo mismo “querer” una cosa que “no no-quererla”. En ese terreno indefinido de las voluntades y las coyunturas se mueve “Els dies que vindran” (“Los días que vendrán”), la cinta con la que Carlos Marques-Marcet aspira a reeditar esa Biznaga de Oro del Festival de Málaga que ya logró en 2014 con “10.000 km”. Si en aquella película, el contexto volátil del amor posmoderno (en este caso, con la lejanía como gran reto) ponía en un brete a una pareja joven, en su nueva cinta, protagonizada por David Verdaguer (actor fetiche de Marques-Marcet) y María Rodríguez-Soto, la paternidad en un mundo cada vez más complejo en lo laboral y emocional es el puntal.
Lluis y Vir, treintañeros ambos, llevan solo un año de relación cuando un despiste los coloca en la tesitura de enfrentarse a un embarazo. La primera reacción es de rechazo; la segunda, de ilusión. La película arranca propiamente con la decisión en precario de tener una hija y cómo eso influye en la manera en que se ven como pareja y en su forma de actuar frente al mundo. “Todo cine es político, pero en esta película lo reflejamos a través de lo íntimo –confiesa el director-. Teníamos interés en mostrar el contexto en el que vivimos a partir de los íntimo-afectivo”. Una realidad precaria en lo económico-laboral y en la idea de pareja y familia que vivimos.
El embarazo real de Verdaguer y Rodríguez Soto, pareja en la vida y en la ficción, dio pie a Marques-Marcet para reflexionar sobre este tema cada vez más tabú entre los jóvenes. “Nosotros vivimos un embarazo genial y otro horrible”, ironiza Verdaguer. El último es el de “Los días que vendrán”, el proceso de parto recreado en la ficción, que ha exigido mucho particularmente a Rodríguez Soto. “Ella tenía que sostener la película, porque el niño iba dentro de su cuerpo. Yo tenía que apoyarla. Aunque los hombres nos creamos muy progres, tenemos mucho ego, pero en un embarazo tienes que hacer el papel de productor de cine”, sostiene. La historia de Lluis y Vir se complementa, a través de unos videos caseros, con el embarazo de los padres de ella 30 años atrás, dando la nota de los cambios de paradigma.
Realista, morosa, íntima y reflexiva, “Los días que vendrán” engarza a la perfección con el estilo y los modales de la nueva ola del cine catalán, que en los últimos años ha logrado llevarse de calle los premios importantes del Festival de Málaga. Así, el año pasado Elena Trapé ganó con “Las distancias” y Carla Simón hizo lo propio un año antes con “Verano 1993”. Marques-Marcet ya sabe lo que es llevarse la Biznaga y repite la fórmula de “10.000 km”, con una película, afirma, “que se ha hecho a sí misma y tiene mucho de todos los que hemos participado. Ha sido un rodaje atípico, siendo una ficción pero con un método documental”.