Crítica de cine

«Infierno azul»: Tiburón a estribor

La Razón
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Director: Jaume Collet-Serra. Guión: Anthony Jaswinsky. Intérpretes: Blake Lively, Óscar Jaenada. Estados Unidos, 2016. Duración: 86 minutos. Thriller de aventuras.

«Infierno azul» puede agotarse en una sinopsis que dura una frase. Una chica con recursos, surfera y estudiante de medicina intenta sobrevivir al ataque de un tiburón gigante en una cala desierta. El trabajo de Jaume Collet-Serra consiste en mantener a flote ese débil armazón argumental –lo más probable es que, siendo Blake Lively la chica en cuestión, logre plantarle cara al monstruo–- haciendo que nos centremos en los pormenores de su lucha por sobrevivir. Al rigor en el punto de vista de películas como «Open Water» o «Cuando todo está perdido», que ocurrían en alta mar con la cámara semihundida a la altura de los ojos del náufrago, se le opone la puesta en escena, más estándar, de «Infierno azul». Collet-Serra no le tiene miedo ni a la inverosimilitud –recordemos la memorable «La huérfana»– ni a los espacios únicos –la eficaz «Non-Stop»–, tal vez porque asume las limitaciones de las historias que cuenta con la modestia con que lo hacían los cineastas asalariados del Hollywood clásico. Cuenta con la ayuda de una actriz de una cálida humanidad, perfecta para esta serie B tropical, que sabe ponerse en peligro para demostrar que también sabe cómo salvarse -gran idea la letal combinación entre cirugía y bisutería-, y filma los momentos más delirantes –ese banco de medusas fosforescentes que parece nadar desde el pleistoceno– sin que se le caigan los anillos. Al final, el tiburón es lo de menos: lo que cuenta es que este «one-woman-show», en el que Lively sólo puede aspirar a compartir pantalla con una gaviota a la que le falta algo de vuelo, genera la suficiente empatía y tensión para que le perdones su feroz trivialidad.

LO MEJOR

La humildad de su planteamiento y el trabajo de Blake Lively

LO PEOR

El tráilerde la cinta deja poco a la imaginación, lo dice casi todo